Finalmente se ha llegado a una solución para la fecha del congreso del PSOE. La votación para elegir al secretario general, en la que participarán todos los militantes socialistas, será el 8 de mayo. El cónclave tendrá lugar 15 días después, durante el fin de semana del 21 y el 22 de ese mes. Se trata de una vía intermedia entre abril, que proponían varias federaciones, sobre todo la andaluza, y junio, que defendía la dirección.

El comité federal de este sábado también estudiará la política de pactos, muy discutida dentro del PSOE: la vieja guardia defiende abstenerse con el PP y dejarle gobernar, mientras los principales barones recelan de un acuerdo con Podemos y buscan que Sánchez se comprometa a no gobernar gracias al apoyo o abstención del independentismo catalán. La fecha del congreso había sido otro motivo de discordia. Los barones más relevantes querían que fuese en abril, al considerar que junio, momento elegido por Sánchez y su núcleo duro, imposibilitaría la celebración del cónclave si se repiten elecciones. Con lo cual, Sánchez volvería a ser el candidato sin haber sido elegido por las bases.

Con la fecha acordada se abre la posibilidad de que el secretario general que salga elegido (Sánchez ya ha dejado claro que quiere repetir, mientras muchos dirigentes alientan a Susana Díaz, presidenta de Andalucía, para que dé el paso) sea también el cabeza de lista si hay nuevos comicios, que previsiblemente tendrían lugar en junio. Es decir, al actual secretario general se le complica el horizonte si no consigue sellar un pacto para llegar a la Moncloa.