La inusitada crítica el pasado lunes de Rafael Catalá al Poder Judicial, que motivó que todas las asociaciones de jueces y fiscales pidieran su dimisión como ministro de Justicia, tuvo en el PSOE a uno de sus escasos defensores. Pero el respaldo ha durado poco. Los socialistas han cambiado por completo su posición en apenas 24 horas: tras apoyar a Catalá en su denuncia de la presunta inacción del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ante el “problema singular” que sufre el juez que pidió a través de un voto particular la absolución de los miembros de La Manada, ahora exigen al ministro que “aclare” sus acusaciones o se mantenga en silencio y respete la “división de poderes”. Mientras tanto, el polémico magistrado, Ricardo González, que solo vio en los vídeos de la agresión a cinco varones y una mujer practicando “actos sexuales en un ambiente de jolgorio y regocijo”, continuó recibiendo mensajes de compañeros de profesión que salían en su defensa.

"Lo que le pedimos al ministro de Justicia es que no sea torpe, que si tiene alguna acusación que hacer sobre el magistrado aclare a qué se refiere. Y si no, lo mejor es estar callado, asumir la responsabilidad que tiene un miembro del Gobierno y respetar la división de poderes. No se puede tirar la piedra y esconder la mano. Le pedimos que sea prudente, tenga sentido común y no desvíe la atención. Sus declaraciones no están ayudando a centrar el debate en una sentencia que no recoge ni el espíritu ni los valores de la sociedad", dijo el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, sobre las palabras de Catalá.

El ministro se había detenido un día antes en el magistrado que pidió dejar en libertad a los cinco acusados de violar a una joven hace dos años en los Sanfermines, frente a los otros dos integrantes del tribunal, que los condenaron a nueve años de cárcel por abusos, no por agresión sexual. “Cuando todos saben que este juez tiene algún problema singular, me sorprende que el CGPJ no actúe”, dijo Catalá.

“Conocimiento de causa”

Las palabras de Sánchez supusieron un giro radical en el discurso de su partido. Tanto la portavoz parlamentaria, Margarita Robles, como el secretario de Organización, José Luis Ábalos, habían defendido al titular de Justicia. “Cuando Catalá dice lo que dice estoy seguro de que lo hace porque sabe lo que dice”, dijo el lunes Robles. “No podemos estar más de acuerdo. Parece que el ministro está hablando de lo que sabe, de lo que tiene certeza. Tiene mucho conocimiento de causa. Si no ha ido a más, es por la prudencia necesaria”, señaló Ábalos. Un miembro de la ejecutiva socialista reconoció este martes que la imagen que estaba trasladando el partido en los últimos días con esta polémica era “caótica”.

El líder socialista, en cualquier caso, evitó a sumarse a la petición de dimisión de Catalá defendida por todas las asociaciones de jueces y fiscales, que vieron en las palabras del ministro una “intromisión temeraria” en su trabajo. Sánchez se limitó a recordar que los socialistas impulsaron hace un año en el Congreso de los Diputados la reprobación de Catalá por su actuación ante los casos de corrupción que afectan al PP. “Si es por el PSOE, el ministro de Justicia habría dejado de serlo hace mucho tiempo”, explicó el líder de la oposición.

“No apartar el foco”

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, vino a decir lo mismo (“Catalá tendría que haber dimitido hace mucho tiempo”, señaló) y también pidió “no apartar el foco”. Lo “escandaloso” en el caso de La Manada, argumentó Iglesias, es el fallo de la Audiencia de Navarra, donde dos miembros del tribunal consideran que los acusados no actuaron con violencia, en lugar del voto particular del magistrado que pidió su absolución a través del voto particular.

A ojos del presidente del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, Joaquín Galve, encargado de resolver los recursos anunciados por las partes contra la sentencia, ese magistrado no tiene ningún problema. “Es una persona absolutamente normal, buen juez”, señaló, frente a las polémicas palabras del ministro de Justicia.