Carles Puigdemont ha asegurado en una entrevista en el diario argentino 'Clarín' que la declaración de independencia de octubre del 2017 fue "válida, hecha por un Parlamento legítimo, democráticamente escogido, que además no ha sido rectificada por otro Parlamento". El 'expresident' de la Generalitat se ha referido también a las consecuencias legales de la convocatoria del referéndum: "El Código Penal español, de forma explícita, dice que convocar un referéndum de independencia no es delito". Y añade que declarar la independencia "puede ser ilegal, pero ilegal no es delito".

Cuestionado sobre si fue o no una declaración política sin efectos jurídicos como han asegurado los políticos presos en el juicio, que Puigdemont califica de "venganza", dice que "mis compañeros y amigos deben hacer todo lo que esté en sus manos para salir de esta farsa". En la entrevista, Puigdemont niega el calificativo de "prófugo" ya que salió de Cataluña "sin ninguna orden ni auto de procesamiento que me impidiera salir". "Cuando tuvimos noticia de la orden de detención y entrega de la Justicia española nos presentamos voluntariamente. Dimos la cara a la Justicia. Sí, no era española, era belga, pero eso no nos convierte en prófugos", sentencia el 'expresident'. "La justicia española sabe dónde vivo. Un prófugo es alguien que no se sabe donde está y que cuando la justicia lo ha requerido ha huido", añade.

Preguntado sobre su decisión de huir de España, en contraposición con algunos de sus compañeros ahora juzgados, justifica que no fue una "traición": "Si yo hubiera decidido simplemente salvar mi pellejo y hubiera cambiado mi vida y hubiera desaparecido, esto sí hubiera sido una gran traición. ... La gente sabe que yo me he complicado bastante la vida. Un año y medio después puedo explicar qué hecho yo, qué riesgos he asumido. Si no estoy en la cárcel es porque la Justicia alemana ha decidido que yo no debía estar en la cárcel. Escogí un espacio donde poder continuar trabajando. Necesitábamos voz libre, libertad de movimientos y esto lo hemos conseguido. Con muchas dificultades". Una decisión que Puigdemont explica que buscaba "asegurar una resolución pacífica a la crisis" y que "teníamos que mantener la legitimidad de una institución a la que considerábamos ilegítimamente destituida, el Parlament y el gobierno".