Carles Puigdemont es un líder indiscutible del independentismo, responsable de la DUI y de haber mantenido desde el extranjero el pulso contra el Estado. Así lo ven distintas familias en el soberanismo. Y Puigdemont es también un dirigente político alérgico a la disciplina de militante y gran aficionado a nuevas ideas de impacto tan alto como de incierto recorrido. Así es como se entiende el paso que está a punto de dar: crear otro partido con el que tener lo que ha vindicado desde su éxito electoral en el 2017, esto es, mando absoluto para diseñar una lista que derrote a su principal adversario (aparte de España), ERC. Y ese nuevo partido, cuyo nacimiento dio por hecho ayer, en una entrevista a el Periódico de Catalunya el conseller Damià Calvet, está al caer. Como apuntó ayer el diario Ara, esta semana Puigdemont dará el paso definitivo: abandonar el PDECat y abanderar la nueva fuerza política.