Primer mensaje de fin de año de Carles Puigdemont, que apenas cumple 355 días al frente del Govern. Y discurso sin ambages, lejos de minuciosas lecturas entre líneas, y renovación de votos en cuanto a la realización del referéndum. Un discurso, el del ‘president’, hecho de y para un marco mental catalán desconectado del español y ello se observa atendiendo a la totalidad de la emisión y no a la lectura suelta de sus frases. Es decir, aceptando que la afirmación de que el 2017 verá “el referéndum legal y vinculante” podría dar lugar a equívocos (¿Se referirá a una cita con las urnas pactada con el Estado?) el tono global lo descarta.

“Legal porque se convocará de acuerdo al mandato de las leyes”, ha apuntado el ‘president’ poco después del pacto entre Junts pel Sí y la CUP sobre la ley de transitoriedad política, la piedra sobre la que se sustenta la coartada jurídica del Govern paraconvocar unilateralmente el referéndum. “Y vinculante, porque el resultado será el que el Govern y el Parlament apliquen sin dilaciones ni excusas”, es decir, una indirecta-reto a los ‘comuns’ que afirman que participarían del referéndum si este fuera “efectivo”. Joan Giner, de Catalunya Sí que es Pot ya ha contrarreplicado señalando que en el 2017 se deberá dilucidar “qué es un referéndum de verdad y qué no lo es”. La indirecta eco socialista, obvio es, es que lo que pretende Puigdemont no es un referéndum de verdad.

Respuesta implícita también de Puigdemont al Gobierno de Mariano Rajoy y su llamada ‘operación diálogo’. Para el 'president', su Ejecutivo “ha hecho del diálogo su instrumento de trabajo” y pone como ejemplo “el consenso amplio tejido alrededor del referéndum, como se demostró” en la cumbre del viernes 23. Un cónclave en el que él, por cierto, soslayó todo viso de unilateralidad en sus acciones y enmarcó el referéndum en el pacto con el Estado. “No hemos recibido respuesta de nuestra mano tendida al Gobierno para pactar la consulta vinculante” dice el ‘president’ ajeno (por la simultaneidad) a lo que Mariano Rajoy explicaba en su rueda de prensa. Con todo, Puigdemont seguirá “con la mano tendida siempre, pero desde la fidelidad a los principios” de JxSí y la CUP. En resumen: se puede negociar el cuando y el cómo, pero queda claro que el qué (si hay o no referéndum), no.

El PSC ha respondido a ambos, vía su portavoz en el Parlament, Eva Granados, quien ha apuntado que "Puigdemont se ha instaurado en la unilateralidad del referéndum sí o sí, mientras Rajoy niega la posibilidad de diálogo con su no y no".

Esos principios que defiende Puigdemont derivan del mandato del 27-S de llevar a Cataluña “de la pos-autonomía a la pre-independencia”, algo que su Govern está “cumpliendo fielmente”. En nombre de este mandato de las urnas, Puigdemont advierte de que “ante los retos planteados” a él y a su Ejecutivo no les faltarán “ni valentía ni coraje”.

BONANZA ECONÓMICA

Ha glosado también el jefe del Consell Executiu la mejora de la situación económica, puesto que “2016 ha sido el mejor año" desde el inicio de la crisis y que en el 2017 se retornarán a los niveles previos a la caída de la actividad.

Esto da pie a que exhorte “a encarar políticas garanticen el bienestar de los ciudadanos, porque nadie se puede quedar atrás” y haciendo un lazo con la parte política, por aquello de que el objetivo de la secesión es mejorar la calidad de vida de los catalanes ha sentenciado: “Por eso queremos y tenemos derecho a decidir”.