Desde un hotel cercano a Brujas (Bélgica), el expresidente de la Generalitat y candidato de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont, llamó ayer sábado a los votantes independentistas a movilizarse en las elecciones del 21-D para evitar que «escriban la historia» los partidos constitucionalistas, de los que afirmó que «no están legitimados» para gobernar Cataluña.

«No son unas elecciones autonómicas, son las elecciones más trascendentes de nuestra historia. Escribirán la crónica del siglo. Nos toca la responsabilidad de no dejar que sean otros que no tienen derecho ni legitimidad los que escriban esta página de la historia», proclamó entre aplausos desde una pequeña sala del Hotel Van del Valk, un coqueto alojamiento de la campiña a 90 kilómetros de Bruselas.

Junto a Puigdemont, 90 miembros de la lista, la mayoría de los cuales llegaron a Bélgica el mismo sábado por la mañana en un vuelo chárter fletado desde Barcelona. Ante ellos exigió al Gobierno central que «saque sus garras huntadas de autoritarismo» de Cataluña y llamó de nuevo a los catalanes a apostar por su «alternativa de la esperanza» frente a la «ingeniería del miedo» que usa, a su juicio, el «tripartito del 155» (PP, PSOE y Ciudadanos). «Frente a aquellos que, como la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría o el Tribunal Constitucional, dicen «el Estado soy yo», mi propuesta es devolver el poder a la gente», resumió.

«Si hay una lista que Mariano Rajoy no quiere que gane es la nuestra», insistió. Y es que, a su juicio, los próximos comicios van en definitiva «de si Rajoy gana o pierde, de si los del 155 ganan o pierden. De si los ciudadanos de Cataluña aceptan la receta del 155 que de manera ilícita e ilegal ha adoptado el Gobierno español y sus aliados». Un «Estado autoritario», denunció, «que viola derechos civiles», que «actúa con total impunidad» y ante el cual es necesario ganar. «El 21-D el tripartito del 155 tiene que ser derrotado» y Europa tiene que ver que «la carta blanca que se le ha dado a Rajoy ha acabado», añadió durante un discurso plagado de críticas al presidente y llamamientos a la unidad.