Mientras el president cesado, Carles Puigdemont, saca pecho por la victoria de JxCat en el seno del independentismo y pide cita a Rajoy para una reunión fuera de España y negociar de tu a tu, su partido, un PDECat absolutamente desaparecido durante toda la campaña electoral, levanta la cabeza y también reivindica su papel en el resultado y en las negociaciones para formar Govern que van a iniciarse con ERC en los próximos días.

De entrada, mientras Puigdemont mantiene un tono de elevada confrontacion con el Estado y se felicita sin autocrítica por los resultados, Marta Pascal reclama un soberanismo que no tenga prisa, no se fije plazos y que trate de aumentar su apoyo social. Es decir, nada de unilateralidades durante una buena temporada. Un cambio de estrategia en toda regla que no quiere oir hablar de unilateralidades.

El primero en lanzar un mensaje ayer fue Puigdemont, en una rueda de prensa en Bruselas. El president cesado está dispuesto a mantener una reunión con el presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, en Bruselas o en otra capital comunitaria que no se encuentre en España. Una reunión «sin condiciones previas» para abordar la nueva etapa política que se abre tras las elecciones del jueves. En opinión del expresident y cabeza de lista de Junts per Catalunya, ahora tiene que darse prioridad a la solución política y no a la «represión delirante».

Puigdemont no aclaró gran cosa sobre su eventual regreso a Cataluña y se limitó a reiterar que tendrán que darse las «garantías» para ello, es decir, que Madrid acepte el resultado de las urnas y permita su regreso sin que pese la espada de Damocles de la justicia.

«Rajoy tiene una oportunidad magnífica para buscar una solución y no crear más problemas», dijo. «Si soy investido presidente con todas las garantías democráticas tengo que entrar en el Palau de la Generalitat», señaló. Sobre el regreso de Puigdemont, por un lado, existe la promesa del mismo dirigente de volver en caso de victoria. Por otro, la evidencia de que en cuanto ponga un pie en territorio español será automáticamente detenido. Si finalmente Puigdemont no regresa para someterse a la investidura, un nombre aparece en el horizonte, según fuentes del PDECat: Jordi Sànchez, el número dos de la candidatura. Sànchez está en la cárcel desde el 16 de octubre, acusado de sedición.

Pero el próximo 11 de enero el juez del Supremo, Pablo Llarena, escuchará de nuevo las alegaciones de Sànchez, Jordi Cuixart y el exconseller Joaquim Forn para quedar en libertad. Sànchez representaría una cara no asociada al pasado de Convergència, como son las de los exconsellers imputados y miembros de la lista de JxCat Jordi Turull y Josep Rull.

EXIGENCIAS AL ESTADO / Puigdemont reclamó a Rajoy «repatriar» a los policías enviados a Cataluña y a los «hombres de negro» que toman decisiones de manera «ilegítima». «No le pido a la Comisión Europea que cambie de opinión, porque tiene derecho a apoyar la receta de Rajoy, aunque no haya funcionado. Solo le pido algo que hemos ganado en las urnas, que es que nos escuchen», subrayó.

Al expresident se le preguntó si reeditaría la vía de la unilateralidad. «La unilateralidad está del otro lado. El resultado de las elecciones puede invitar al Estado español a abandonar la vía unilateral», es su respuesta. En su partido, en el PDECat, la receta está clara, según analizó ayer la cúpula y explicó Marta Pascal: «Se han de buscar nuevas estrategias« para sumar más adeptos al independentismo. Y estas estrategias en ningún caso pasan por el «tenemos prisa» o marcar «calendarios y plazos».

Habrá que ver como funciona la convivencia entre Carles Puigdemont y PDECat dado que el primero es el auténtico protagonista único de un resultado excelente para una candidatura que partía muy por debajo de ERC en las encuestas.