Carles Puigdemont no quiere plantearse otro escenario que no sea el de volver a Cataluña después de las elecciones como 'president' "restituido". Frente a todos los inconvenientes prácticos que plantea esa hipótesis -sobre todo, la de que podría ser detenido nada más cruzar la frontera-, el exjefe del Ejecutivo catalán ha prometido que entrará "en Palau" si gana el 21-D.

En una rueda de prensa ofrecida por videoconferencia desde Bruselas, organizada por la ACN, Puigdemont no ha querido contestar ninguna de las incógnitas que plantea ese eventual retorno. Según él, el problema es del Estado, y si Junts per Catalunya obtiene la victoria él debería poder volver sin contratiempos legales.

"Si el Gobierno respeta el resultado, volveremos. Si la voluntad del pueblo de Cataluña es que sea investido 'president', tengo que estar en Palau", ha asegurado. "Si estamos en una democracia, pesan más los votos que las esposas. ¿O solo pueden ganar las elecciones los candidatos que gustan a la Moncloa?", ha añadido.

"ACEPTAR EL RESULTADO"

Puigdemont lleva días repitiendo que el Gobierno deberá "aceptar el resultado" de las elecciones. Hoy ha sido un poco más preciso al respecto: para él, eso significaría dejar en suspenso tanto la investigación que pesa sobre él como liberar a los miembros del anterior Govern que aún están en prisión.

"La investidura no se puede hacer ni en Bruselas ni en la cárcel, solo en el Parlament. Uno tiene que estar en libertad para poder ejercer el cargo. Y eso pesa más que las esposas. Si los catalanes quieren ese Govern hay que hacerlo posible y es incompatible con el exilio y con la cárcel", ha afirmado. Por lo demás, no ha querido aclarar si tiene previsto volver a Cataluña antes de las elecciones o si se plantea celebrar algún acto electoral cerca de la frontera, en Perpinyà por ejemplo.

Junts per Catalunya ha centrado su campaña -y le está yendo bien, a tenor de las encuestas- en reivindicar a Puigdemont como presidente de la Generalitat legítimo. Él mismo ha vuelto a decir esta mañana que el 21-D constituye en realidad un plebiscito entre "los del 155", en referencia a Ciutadans, PSC y PP, y los independentistas. "Si el 155 sale derrotado de las urnas, ¿con qué base democrática se puede mantener en vigor? Habría que restituir las cosas, dejarlas como estaban, y a lo mejor yo tendría que estar de presidente en funciones", ha asegurado.