Fue Mariano Rajoy este viernes al Congreso a recoger, como un diputado más, su acta. Y como un diputado más atendió a la prensa tras cumplir con el trámite para, por enésima vez en estos días, abogar por un pacto con PSOE y Ciudadanos que dé "certidumbre" a un gobierno que él presida y que sería, a su entender, "lo mejor" para España. Pero esta vez no hizo Rajoy esfuerzos para ocultar que es más pesimista sobre sus posibilidades, dada la actitud de los socialistas y una vez que la presidenta de Andalucía,Susana Díaz, ha dado públicamente "apoyo" a su jefe de filaspara que intente una alternativa a los populares. Eso sí, con el límite de no avalar un referéndum.

En declaraciones a Canal Sur, Díaz aparcó el debate orgánico de su partido con un "no toca ahora" (pudo pero no quiso despejar la incógnita sobre si ella quiere optar a la secretaría general o ser candidata si se repiten elecciones), y se centró en aclarar que "apoya" a Sánchez para que intente negociar con Podemos y otros grupos, pero dejando claro que la resolución aprobada por el comité federal rechaza cualquier condición que conlleve poner en duda la "unidad" de España,informa Julia Camacho.

Quizás fueron las palabras de Díaz -en la que muchos populares confiaban para que el PSOE cambiara de opinión- las que ayudaron a que Rajoy, pese a anunciar que seguirá con una negociación "discreta" para intentar la investidura, se mostrara poco optimista. "Habrá conversaciones discretas para ver la disponibidad de cada uno, aunque la del señor Sánchez ya la conozco, porque lo ha dicho: que en ningún caso favorecerá un gobierno del PP", subrayó.

PSOE BUSCA COMPLICIDAD DE C'S

En este contexto, el aspirante a la reelección dijo que cree "capaz" a Sánchez de conformar un gobierno con Podemos e "independentistas y secesionistas", pero incidió en que existen otras opciones como la que él propone de formar un Ejecutivo de "certidumbre" en el que se integren PSOE y Ciudadanos o, incluso, la repetición de elecciones.

Mientras, el jefe de los socialistas mueve ficha: este viernes se reunió con el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera,oficialmente para hablar de la negociación del reparto de puestos en el Congreso. Esta versión sirve para que ambos mandatarios guarden las formas ante su compromiso de no abordar otra investidura que no sea la de Rajoy hasta que éste tire la toalla. Si lo hace.

No obstante, resulta difícil creer que Sánchez y Rivera eludieran la tentación de intercambiar opiniones sobre la presidencia del Gobierno. Especialmente cuando Rivera (40 parlamentarios), horas antes en rueda de prensa señaló que para abstenerse ante una posible alianza de PSOE (90 escaños) con Podemos (69) tendría que descartarse el referéndum y, además, garantizar que no se planteará la salida del euro, que se mantendrá la economía de mercado o el respeto al pacto constitucional, entre otras cosas.