El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, ha abierto el debate de su probablemente fallida investidura, advirtiendo de que España necesita "con urgencia" un Gobierno "eficaz". Nada más comenzar su intervención, el líder del PP ha justificado que esta vez sí ha aceptado intentar la investidura porque "los españoles han vuelto a mostrar su confianza en el PP", pero también porque "no hay otra alternativa posible". Y ha advertido de "consecuencias de extrema gravedad" en términos económicos si la situación política no se desbloquea, sobre todo porque las exigencias de la UE requieren la aprobación de unos Presupuestos. "Todo tiene un límite. Las cosas se podrían torcer", ha alertado.

Rajoy ha contrapuesto su oferta de Gobierno "estable, sólido y duradero" frente a una posible alternativa de un Ejecutivo "de mil colores, radical e hipotecado por los que quieren acabar con la cohesión territorial". El candidato ha recordado que es la oferta ya la formuló tras las elecciones del 20D, basada, "en un amplio acuerdo". "Parte de este acuerdo ya está logrado", al haber "avanzado en la buena dirección con Ciudadanos y Coalición Canaria", ha añadido, antes de empezar a presentar su plan de Gobierno acordado con estas dos fuerzas.

Ha empezado por el empleo, su “máxima prioridad”, sacando pecho por haber pasado de la “destrucción masiva de empleo” a la creación de 500.000 puesto al año y por el resto de indicadores macroeconómicos. “Por vez primera creamos empleo sin aumentar el endeudamiento exterior”, ha asegurado, aunque ha tenido que acallar con la mano la protesta de algunos diputados.

Rajoy se ha presentado ante el Congreso consciente de que va a fracasar en su intento de ser investido esta semana, dado que su acuerdo con Ciudadanos y el pacto que ha sellado este mismo martes con Coalición Canaria suma 170 diputados, a seis de la mayoría absoluta. Una distancia que no ha conseguido salvar pese a intensa presión sobre el PSOE para que le deje gobernar.