El aspirante del PP a la reelección, Mariano Rajoy, ha terminado con el socialista Pedro Sánchez su primera ronda de contactos para intentar una investidura con tres conclusiones: todos los partidos quieren seguir "dialogando" con él pero de momento ninguno le ofrece apoyo explícito (ni abstenciones suficientes) para poder pasar el trámite del Congreso; él se mantiene en la idea de ser presidente, "intentarlo y mojarse" y ninguno de los dirigentes políticos con los que se ha entrevistado en estos días desea que haya terceras elecciones. "Yo tengo muy claro que quiero gobernar y voy a seguir dando la batalla y hay voluntad firme por parte de todos los demás de que no se repitan las generales. Eso es lo que yo tengo ahora mismo más claro", ha subrayado un Rajoy que, entre otras cosas, ha insistido en que queda tiempo para seguir avanzando en las negociaciones.

En cuanto a su cara a cara con Sánchez, el líder popular ha querido ser extremadamente prudente ante la prensa y ha dicho que sólo iba a referirse a la "esencia" de lo que le había querido transmitir el jefe del PSOE, esto es, que votará "no" a su posible intento de investidura. Fueron numerosas las preguntas que recibió Rajoy sobre si él tenía más información para interpretar los matices que, en su comparecencia pública, había intrucido el propio Sánchez del calibre de "a día de hoy" los socialistas se reafirman en su voto contrario o que su partido estará "en la solución" antibloqueo.

No quiso el presidente en funciones desvelar si tras una hora y 20 minutos de reunión con Sánchez sabía si eso significaba que el PSOE se planteaba la abstención final o que no descartaba intentar un gobierno alternativo. Insistió Rajoy en que cada partido ha manifestado ante los medios lo que ha considerado pertinente tras esta primera ronda y que él, ahora, abre segunda fase con el envío de un documento negociador orientado no sólo a lograr una investidura, sino unos mínimos para garantizar la gobernabilidad en la siguiente legislatura.

¿Y si no cambia nada y nadie se mueve de sus posturas iniciales? ¿Se presentaría a una investidura o declinaría?. Para ese escenario el presidente conservador dejó sobre la mesa otro (en la jornada ha habido varios) enigmático mensaje. "Si yo tuviera la seguridad de que era imposible que me eligieran, yo tendría que hacer una reflexión, pero los partidos, otra. Tendríamos que abrir entonces un periodo de reflexión entre todos para ver qué salida le damos a esto", ha advertido.