El principal imputado en la causa en la que se investigan las cloacas policiales, José Manuel Villarejo, lo grababa todo, tanto con clientes como con sus socios y compañeros. Por lo que pudiera pasar, aunque no le haya servido para evitar la cárcel en la que lleva tres años. En una de esas conversaciones se le oye jactarse con el exjefe de la UDEF José Luis Olivera de que realizó un barrido en el despacho de Mariano Rajoy en su despacho en el Congreso, porque "no se fiaba de nadie". No es su única referencia al expresidente del Gobierno, del que también dice que para evitarle la cárcel había tenido que hacer maldades.

Olivera, cuyas cuentas investiga el juez, después de haber intervenido documentación a Villarejo de la que parece desprenderse que cobra un 5% de los encargos en los que ayuda al excomisario, comenta con este una supuesta operación en la que dice que con la ayuda de la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría se introdujeron en el Congreso los aparatos necesarios para realizar un barrido en el que detectar si había micrófonos en el despacho utilizado por Rajoy. Son los mismos hechos por los que en otro momento se oye a Villarejo amenazar con "joder a la Pequeñita", en referencia a Sáenz de Santamaría, según el sumario al que tuvo acceso este diario.

"Le digo, mira, hubo un momento en que el señor Rajoy tenía unas serias dudas de que le estaban grabando en su despacho del Congreso", dice Olivera, que continúa: "Y pidió ayuda para que se le hiciera un barrido y se le viera porque no se fiaba de nadie". Villarejo le responde: "Y la ayuda se la hizo Villarejo". El exjefe de la UDEF lo corrobora: "Y el que el que le hizo el barrido se llama Villarejo, pero (...) para poder hacer el barrido no fue Villarejo con los aparatos, los aparatos lo smetió dentro una señora". Villarejo añade: "Que ahora es vicepresidenta del Gobierno".

"De retales nada"

Durante las declaraciones de los imputados en el 'caso Kitchen' no son infrecuentes los momentos de tensión, por el tono inquisitivo que utiliza a veces uno de los fiscales del caso, Ignacio Stampa, con algunos de ellos, como ocurrió por ejemplo con el excomisario Enrique García Castaño, pese a que estaba colaborando con la investigación. Con el exdirector adjunto operativo (DAO) de la Policía Eugenio Pino se produjo entre él y el juez instructor, Manuel García-Castellón, cuando este calificó el espionaje al extesorero como "retales del caso Bárcenas".

"De retales nada", le reprochó el magistrado, que le recordó la importancia que el extesorero tenía para el PP. "La iniciativa a seguir al entorno de Bárcenas no era iniciativa de la UDEF, la iniciativa fue del señor Gómez Gordo" (inspector en excedencia y jefe de seguridad de Castilla-La Mancha en época de Dolores de Cospedal) que les contó que en Baqueira Beret, donde Bárcenas tenía residencia y amigos, "había gente que podía llevarse el dinero a Suiza", según se puede escuchar en los audios de su declaración, a la que ha tenido acceso Europa Press.

El fiscal le preguntó si Gómez Gordo le había hablado de papeles comprometedores para el PP o si le había comentado si el secretario de Estado, Francisco Martínez, le había encargado hacerse con discos duros del extesorero destruidos en la sede del PP. "Rotundamente no, nunca he tenido esa conversación con Gómez Gordo", manifestó Pino, para tildar seguidamente este asunto de "retales de Bárcenas".