Los actos oficiales del 12 de octubre de este año han sido atípicos porque era la primera vez que se celebraba con un Gobierno en funciones y porque los políticos más buscados por los periodistas no eran, como es habitual el presidente y los miembros del Ejecutivo, sino los dirigentes del principal partido de la oposición. Mariano Rajoy y sus ministros superaron la recepción que los Reyes ofrecen en el Palacio Real sin sobresaltos. El presidente dejó claro desde el primer minuto que prefería estar “callado” por el proceso interno que vive el PSOE y dos acontecimientos que pueden desbloquear la situación política y permitir su reelección: el comité federal de los socialistas y la ronda que Felipe VI abrirá con los partidos el día 24.

La tranquilidad de Rajoy chocó con la actitud del presidente de la gestora del PSOE, Javier Fernández, que se confesó“preocupado” por la situación interna de su partido. “Tengo la sensación de que me entienden más fuera que dentro", declaró en uno de los corrillos que protagonizó.

Fernández y Rajoy se saludaron en el desfile militar previo a la recepción, pero no hablaron en profundidad de la posible investidura, según comentaron los dos. Ante la pregunta de los periodistas al líder del PP de si ya está pergeñando su discurso de investidura, se cuidó mucho de dar por hecho que será el designado por el Rey para formar Gobierno, pero sí contestó que no está en eso aunque “debería”. Rajoy explicó que estos días está volcado en preparar la reunión que este jueves mantendrá en la Moncloa con la primera ministra británica, Theresa May, y que después ya podrá centrarse en su posible y futura intervención en el Congreso para intentar ser reelegido.