El exvicepresidente del gobierno Rodrigo Rato declarará este jueves por las presuntas irregularidades del fichaje en Bankia de su excuñado Santiago Alarcó dentro de la causa que investiga al exministro por varios delitos, entre ellos blanqueo, corrupción entre particulares y administración desleal.

Hoy también comparecerán ante el juez de Instrucción número 31 de Madrid, Antonio Serrano-Arnal, la exsecretaria personal del ex director gerente del FMI, Teresa Arellano, y el propio Alarcó, protagonista de las pesquisas en esta pieza separada del caso Rato.

Su incorporación en Bankia en 2011 durante el mandato del exministro al frente de la entidad despierta las dudas de la Fiscalía Anticorrupción, que sospecha de un posible trato de favor a raíz de los beneficios recibidos por Alarcó como experto en mercados internacionales.

En concreto, el sumario recoge los sucesivos incrementos salariales percibidos por éste, que comenzó cobrando 120.000 euros anuales en 2011 y dos años después llegó a ganar más de 480.000 euros.

Unos hechos por los que tendrá que responder nuevamente Rato, que en su anterior comparecencia explicó que contrató a su excuñado por su dilatada experiencia y con el objetivo de reforzar esta área, si bien varios de los exempleados no han sabido explicar a la justicia de qué se ocupaba exactamente Alarcó.

La fiscal del caso, Elena Lorente, también ve sombras en la contratación de Arellano, quien, según los investigadores, fue ganando competencias en Bankia hasta hacerse cargo de la dirección general de comunicación, convirtiéndose así en la persona más próxima a la presidencia con un sueldo de unos 5.000 euros al mes.

"Teresita" -diminutivo con el que en ocasiones se dirigía a ella Rato- ha sido una de las figuras más destacadas del caso hasta el punto de que varios testigos la han situado en el centro de la investigación por su presunta "cercanía" con su exjefe.

En este sentido, el que fuera director de recursos humanos de Bankia hasta julio de 2011, Federico Navarro, dijo creer que Arellano fue contratada "simplemente porque era persona de confianza de Rodrigo Rato", aunque no recordaba si tenía algún tipo de titulación o estudios que le capacitasen para un cargo equiparado al de "un director de área".

Por su parte, la que fuera responsable de comunicación de la entidad, Pilar Trucios, reconoció a la Guardia Civil en su declaración como testigo que la secretaria fue adquiriendo cada vez más responsabilidades hasta "vaciar de contenido" su trabajo al frente del departamento, lo que generó múltiples desencuentros entre ambas.

Los términos del contrato de Arellano reflejan una retribución de 110.000 euros en 2010, de 213.000 euros en 2011 y de 374.500 euros en 2012, así como una indemnización por despido de 339.619 euros, con una antigüedad reconocida de doce años, aumentos que, a tenor de la Fiscalía, podrían suponer un ejemplo de administración desleal.

Pero además de su papel en Bankia, otra de las incógnitas está en la cuenta bancaria a nombre de la exsecretaria, apoderada de varias sociedades de la trama con la que Rato habría cometido un supuesto delito fiscal, en el refugio fiscal de las Islas Caimán, donde este habría realizado una transferencia en 1998, movimiento cuyo origen ahora ambos afirman desconocer.

Con el fin de esclarecer estas dudas, el magistrado ya ha ordenado que se dé traslado a la Inspección de Trabajo para que valore, entre otros, la antigüedad reconocida tras el despido; y es que, a pesar del parón estival, la causa parece afrontar una de sus etapas de mayor actividad.

Prueba de ello son los recursos del exministro recientemente resueltos por la Audiencia de Madrid, que aunque validó el uso de los documentos incautados en el registro de la vivienda de Rato en abril de 2015, instó al juez a solicitar a Bankia la configuración de los consejos que aprobaron la concesión de su publicidad a las investigadas Publicis y Zenith.

Con la citación de este jueves, la cuarta en algo más de un año, el ex director gerente del FMI encara un intenso curso judicial en el que además se sentará en el banquillo el próximo día 23 en el juicio por las polémicas tarjetas "black" de Caja Madrid, a la espera de que el instructor del caso Bankia decrete el auto de procesamiento por la salida a bolsa, supuestamente fraudulenta, de la entidad.

Asimismo, declarará como testigo en el juicio del caso Gürtel, previsto a partir del 4 de octubre, después de que la Audiencia Nacional acordase su comparecencia, solicitada por el extesorero del PP Luis Bárcenas, "como conocedor" de la adjudicación de las campañas electorales.