En 1898, en las aguas de Santiago de Cuba y en las vecinas Lomas de San Juan, se escribió una «página crítica en la historia» y «el mundo cambió», según recordaba el jueves el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell. En una batalla naval desproporcionada la flota de España cayó ante la abrumadora superioridad de Estados Unidos. Poco después España no solo perdió Cuba, sino que dejó de ser potencia geopolítica. EEUU, mientras, daba el primer paso definitivo hacia su posición dominante en el tablero global, esa desde la que precisamente intenta hoy asfixiar económicamente y aislar políticamente a Cuba.

Aquella derrota fue contundente y trágica pero la actuación de los marineros y los soldados españoles fue considerada «heroica». Y con un homenaje a los cerca de mil fallecidos allí han querido cerrar su visita de Estado a Cuba los Reyes.

El tributo se intentó en el centenario, en 1998, pero naufragó por las tensiones entre José María Aznar y Fidel Castro. No se había conseguido hasta ahora. Y sirve para volver la atención sobre un episodio de la historia que , según Borrell, «los españoles conocen mal si es que lo conocen», y «para que los españoles recordemos lo que fuimos».

En el Castillo del Morro de San Pedro de la Roca, donde quedó instalada una placa conmemorativa, una corneta hizo un toque de oración por los más de 300 marinos fallecidos, alabados durante el acto como «ejemplo de coraje, valor y honor».

TORPEDEADOS POR EEUU / Aquellos eran los marineros que en una flota comandada por el Almirante Pascual Cervera Topete (cuya calle en Barcelona se ha rebautizado en honor a Pepe Rubianes en la alcaldía de Ada Colau), salieron a enfrentarse a los estadounidenses y se ahogaron torpedeados por un rival superior. Topete había vaticinado que la operación sería un desastre pero tuvo que rendirse a órdenes de sus superiores. Y aunque no exenta de polémica, su decisión de no salir a combatir en alta mar permitió al menos a cerca de 2.000, incluyendo él mismo, llegar a nado a tierra.

Los monarcas también recorrieron las salas donde se rememora aquella batalla en el museo local, al que regalaron un cuadro de José Arias titulado El mar que nos une. Luego, en las Lomas de San Juan, en presencia de los Reyes se depositó una corona de laurel junto al monumento al soldado español caído desconocido.

Tras esos actos en Santiago los Reyes se marcharon de Cuba, donde la visita de Estado en el marco del 500 aniversario de la fundación de La Habana que se inició el lunes ha dejado actos culturales, comerciales y económicos así como de fuerte forma y contenido político, desde un discurso del Rey en defensa de la democracia y los derechos humanos hasta un encuentro con Raúl Castro. El monarca salió rumbo a Washington, donde va en viaje privado para participar en actos en la universidad de Georgetown; donde estudió; la reina Letizia de vuelta a Madrid.