«La negra noche se cierne sobre Cataluña si gana el «bloque del 155», como califica ERC a los partidos constitucionalistas. Esa es la opinión de Marta Rovira que, en un mitin en Tàrrega, se sacudió la tristeza, por la no excarcelación de Oriol Junqueras, que la maniató en la apertura de campaña y dirigió sus baterías contra el conjunto de Ciudadanos, PSC y PP. «Vienen tiempos oscuros, porque o ganamos el 21-D o nos arrasarán», dijo para completar una nueva versión del siempre efectivo discurso del miedo.

Rovira se explayó en el nuevo juguete conceptual de los republicanos: la unilateralidad o desobediencia en materia social. Dio numerosos ejemplos de iniciativas aprobadas por el Parlamento catalán que se hallan recurridas, y por tanto frenadas, por el Tribunal Constitucional. Desde la ley de igualdad entre hombres y mujeres al libro sexto del Código Civil catalán. «¿Y qué haremos si ganamos? Aplicarlo. ¿Y cómo nos lo impedirán? ¿En nombre de qué privilegios y privilegiados tratarán de frenarnos?», preguntó desafiante.

«El bloque del 155 tiene muchos recursos, muchos más de los que preveíamos. Y mienten y manipulan, por ejemplo, en cuanto a la escuela catalana. Y tratan de imponer un nuevo modelo de seguridad pública», señaló en referencia al control del cuerpo de los Mossos d’Esquadra. En este punto, tras alabar la actuación antiterrorista de la policía catalana, Rovira acusó al Gobierno de Mariano Rajoy de haber actuado «irresponsablemente» por haber promovido «la competencia y no la cooperación» entre cuerpos policiales.

La sucesión de encuestas obliga a los candidatos a trazar ya sus planes de futuras alianzas. Rovira, desde ayer más que nunca cabeza de lista real de ERC, señaló en el recinto de la cárcel Modelo que su fuerza, si gana las elecciones, «hablará con todos» con el fin de construir «una república fuerte», aunque lógicamente dará prioridad a lo que ella llama bloque republicano, y es que en el lenguaje de esta campaña, el independentismo se ha convertido en republicanismo. En este bloque se hallan, lógicamente, Junts per Catalunya y la CUP. La secuela posconvergente, con todo, ya ha afirmado que no piensa facilitar la investidura de nadie que no sea Carles Puigdemont, al que ellos consideran el presidente legítimo.

Las paradojas de campaña han hecho que el primer acto en que ha aparecido el exconseller Carles Mundó -llegada estelar aparte el lunes en Vic desde Estremera- fuera, precisamente, en la cárcel Modelo. Mundó, puso el cierre de la prisión como ejemplo de la obra de Govern no relacionada con lo que Ciudadanos llaman el «monotema», es decir, el proceso independentista.