La intervención que Gabriel Rufián trazó en la investidura fallida de julio, absolutamente vehemente en favor de un pacto PSOE-Podemos que no se produjo, fue ampliamente criticada internamente en ERC. Sobre todo tras el bajón en los resultados del 10-N en algunos feudos republicanos. Ayer, con el pacto en el bolsillo, Rufián retomó un tono más duro, sin perder de vista el grado de acuerdo existente. Si acaso invirtiendo el viejo lema del líder de ERC, Oriol Junqueras, el «suave en las formas, duro en el fondo».

¿CRISIS? // Como antes había hecho Laura Borràs, Rufián tiró de hemeroteca y expuso las contradicciones discursivas de Sánchez en los últimos meses. Luego, el socialista negaría la mayor, sobre todo con la controvertida definición de lo que sucede en Cataluña. Si una crisis de convivencia, como dijo una vez, o un conflicto político, como apuntó después. Sánchez aseveró que ambas alocuciones son compatibles.

«¿Qué creen que ha pasado para que Sánchez haya cambiado?», se preguntó el republicano. «El miedo y el acomplejamiento ante esta gente», se respondió señalando a la bancada del hemiciclo que une a PP, Vox y Ciudadanos.

EL ERROR DEL GURÚ / «Algún gurú de la demoscopia», prosiguió Rufián, «le dijo que usando Cataluña como arma arrojadiza ganaría las elecciones. Le ha pasado a todos los presidentes de este país. Pero lo que no le recordó es que nunca un presidente del PSOE había ganado sin Cataluña y mucho menos contra Cataluña».

El republicano se jactó de que el acuerdo PSOE-ERC, que negó que fuera secreto, es simplemente un compromiso electoral de ERC. «Hemos atornillado al Gobierno a una mesa de diálogo». Con todo, vino a decir que el trabajo de ERC ya había acabado y que ahora serían los gobiernos, «de igual a igual» los que dirimirían las diferencias. Eso sí, tras preguntarse sobre la palabra del PSOE («cómo hacemos que los socialistas cumplan»), advirtió, o más bien amenazó, que si la mesa no se desarrolla conforme a lo pactado «no habrá legislatura. Y ERC ya lo ha hecho antes, en defensa de los derechos civiles de Cataluña», en referencia a la no aprobación de los presupuestos, en la primavera del 2019, que llevaron a las primeras elecciones del año pasado.

Renegó Rufián, como suele, de toda violencia, pero afirmó que «la única violencia inequívocamente constatable» que se ha producido alrededor del procés fue la de la policía «el 1-O».