Elena Salgado, vicepresidenta económica del Gobierno de Zapatero entre el 2009 y el 2011, ha admitido este jueves errores, pero al mismo tiempo ha sacado pecho este jueves sobre su gestión. "Sería insensato mostrar satisfacción. Pero deseo pensar que en alguna medida contribuimos a preservar el futuro de España y a paliar el sufrimiento de los sectores más vulnerables de nuestra sociedad", ha afirmado en la comisión de investigación de la crisis en el Congreso.

Su Ejecutivo, se ha excusado, tuvo que enfrentarse a la "crisis económica más grave en los últimos setenta años" y lo hizo "naturalmente con aciertos y errores". Sus prioridades fueron, ha explicado, contribuir a una respuesta conjunta europea a la crisis, "proteger a España de un rescate", contener los efectos de crisis bancaria en la economía y el empleo, limitar el coste para el erario público de las ayudas a las entidades, y sostener el Estado de Bienestar. "Naturalmente, en parte lo logramos y en parte no, porque las circunstancias no pudieron ser más adversas", ha argumentado.

En su primera intervención, Salgado ha obviado llamativamente la formación de Bankia y su salida a bolsa, dos acontecimientos cruciales en la explicación de la crisis que tuvieron lugar bajo su mandato y fueron alentados en mayor o menor medida por su Gobierno. Según trascendió en aquellos días, la por entonces vicepresidenta llegó a llamar a presidentes de bancos y empresas para que comprasen acciones del grupo presidido por Rodrigo Rato con el argumento de que era una operación de Estado.

Llamadas por Bankia

A respuestas a los diputados, Salgado ha negado tajantemente este último punto. "Bajo la premisa de que tengo que decir la verdad, le puedo decir que hice cero llamadas. Ninguna. Si hay una persona con cara y ojos, no alguien que diga que se lo dijeron, que afirma que yo le llamé, yo le recomendaría no ya que no le compre un coche usado, sino que no le compre un coche nuevo", ha afirmado a Joan Capdevila, de ERC.

Sin embargo, aunque ningún empresario lo ha confesado en público, muchas son las empresas que lo han reconocido en privado. Y el ministro de Economía, Luis de Guindos, lo sugirió a finales del 2014: "La salida a Bolsa de Bankia fue una decisión política. Se definió por el Gobierno como una cuestión de Estado, en la que su Gobierno forzó voluntades e hizo que los supervisores miraran hacia otro lado”.

Excusas y defensas

La socialista, así, ha hecho un relato aséptica de su gestión, soslayando alguno de los elementos más controvertidos, con el argumento de que ha querido hacer una "descripción de los hecho" en lugar de "insistir en valoraciones subjetivas o en cómodas interpretaciones a posteriori". Así, ha enumerado las medidas fiscales que adoptó, amparándose en las "recomendaciones de los principales organismos internacionales".

También ha defendido que la crisis del euro provocada por los problemas de Grecia fue la que evitó que las iniciativas de su Ejecutivo lograsen sacar a España de la crisis: "Al inicio del 2010, la evolución de la actividad económica en España iba en línea con las proyecciones. En el primer trimestre, el PIB empezó a crecer y la prima de riesgo volvía a niveles inferiores a los 100 puntos básicos. Fue en ese contexto cuando estalló la situación griega".

Asimismo, ha destacado que el Gobierno de Rajoy empeoró en sus primeros años varios de los indicadores económicos que le dejó cuando abandonó la vicepresidencia. "Al finalizar mi mandato, la deuda pública se situaba en el 69,5% del PIB (ahora ronda el 100%), la cuenta del Tesoro en el Banco de España alcanzaba los 30,6 miles de millones de euros, y en mi último día en el Ministerio, la prima de riesgo alcanzó los 311 puntos básicos (posteriormente rozaría los 700), un nivel sin duda alto, pero 154 puntos básicos por debajo de la italiana", ha subrayado.