Los militantes de Podemos Andalucía se preparan estos días para dar carpetazo definitivo a la etapa de Teresa Rodríguez, volcada ya en su proyecto de Adelante Andalucía tras el divorcio amistoso con la dirección federal. El día 19 se darán a conocer las votaciones de la Asamblea Autonómica, iniciadas este viernes, y donde todo apunta que la victoria será para la diputada Martina Velarde, candidata de la órbita de Pablo Iglesias. Así, éste tomará por fin el mando de la organización en una región hasta ahora controlada por Anticapitalistas. Por delante, sin embargo, queda el reto de decidir qué hacer respecto a Adelante Andalucía, la plataforma andalucista de la que forma parte y que Rodríguez pretende presentar incluso a elecciones nacionales compitiendo con Unidas Podemos.

La lista encabezada por Velarde junto a diputados y exparlamentarios andaluces, alejados de Rodríguez, destaca entre la treintena de candidaturas que optan a la Coordinadora Autonómica. Una de ellas está respaldada por Fernando Barredo, quien compitió contra Iglesias por la Secretaría General en la Tercera Asamblea Ciudadana. De momento, el único mensaje que lanza Velarde es que quiere recuperar un partido fuerte y ser un nexo de unión entre las distintas sensibilidades en la izquierda. Sobre el papel de Podemos en la confluencia Adelante Andalucía, se limita a decir que la nueva dirección "tendrá que decir mucho sobre lo que pasa ahí, y Adelante como tal tendrá que dialogar sobre cuál es la mejor solución para la gente.

El asunto no es baladí, siquiera en el plano doméstico, dado que en estos momentos Podemos no cuenta con diputados en el Parlamento andaluz. Los 17 escaños se reparten entre IU (6) y los afines a Rodríguez, líder de Anticapitalistas (11). Y a ellos corresponderían las subvenciones electorales, e incluso el edificio elegido como sede, ya que Rodríguez fue vaciando Podemos para llenar la confluencia.

Pero la relevancia, obviamente, se lee en clave de equilibrio de fuerzas en la izquierda andaluza. Y es que el nuevo Podemos Andalucía deberá decidir si está o no dentro de la confluencia, integrada por IU y fuerzas menores como Primavera Andaluza, Izquierda Andalucista y Anticapitalistas, a los que Rodríguez dio cabida hace unos días aprovechando su todavía liderazgo al frente de los morados.

Dos son los elementos de fricción en el seno de la confluencia. Por un lado, las relaciones con el otro gran partido de la izquierda, el PSOE. Rodríguez no dudó en cargar contra el gobierno de coalición, y consideró inviable su traslación a Andalucía con la socialista Susana Díaz.

Por otro lado, está la intención de Rodríguez de convertir a Adelante en el sujeto político propio con carácter nacionalista andaluz, una En comú Podem a la andaluza, que no pudo alcanzar dentro de la formación morada precisamente por las reticencias de Iglesias. Una tesis que recuperó hace unas semanas al lanzar el manifiesto político con motivo del segundo aniversario de Adelante Andalucía, y en el que abogaba por acudir como marca propia a las elecciones municipales, autonómicas, europeas y generales en vez de hacerlo bajo el paraguas de Unidas Podemos.

Este documento ha molestado, y mucho, en Izquierda Unida, con quien la relación no pasa por su mejor momento. Su coordinador regional, Toni Valero, ya ha dado un golpe sobre la mesa. Si IU y Podemos están dentro, seguirá siendo Adelante Andalucía. Si no, será una marca blanca de otra cosa.