Pedro Sánchez acusó ayer al PP de Pablo Casado de querer volver «a su peor pasado» y de «fundirse» con la ultraderecha, que es la que «les marca el paso y la hoja de ruta». Durante su intervención en la clausura Las Palmas la Conferencia Municipal de los socialistas de Gran Canaria, el presidente del Gobierno aprovechó para arremeter contra el «nuevo» PP porque si antes era un partido que llegaba «tarde, a rastras y mal» a reformas como el aborto, el divorcio o el matrimonio entre personas del mismo sexo, ahora «no quieren ni llegar».

«Es que quieren volver atrás. Ese es el cambio el PP, volver a su peor pasado», proclamó entre aplausos de los asistentes a la conferencia, capitaneados por el líder del PSOE de Canarias, Ángel Víctor Torres.

En el mismo momento en que en Madrid el expresidente José María Aznar se dirigía al auditorio en la Convención Nacional del PP, el actual inquilino de la Moncloa apuntó desde Gran Canaria que no se sabe si esta cita de los populares es «para fundarse» o «para refundarse».

«Por lo pronto, lo que hacen es fundirse con la ultraderecha, que es quien le marca el paso y la hoja de ruta», remató, alertando de que no se pueden tildar de «europeístas» quienes se apoyan en partidos «que quieren la destrucción europea». Con la vista puesta en las eleccionese europeas, municipales y autonómicas del 26 de mayo sentenció que no le cabe «ninguna duda» de que el PSOE será la primera fuerza en estos comicios. Pero quiso destacar que con esto no basta porque considera que es preciso garantizar «una victoria rotunda que nos permita gobernar contra tres derechas que lo único que proponen de futuro es el pasado».

Evocando una reflexión del socialdemócrata alemán Willy Brandt, quien advirtió que las sociedades ancladas al pasado «nunca conquistarán su futuro». Con estas palabras animó a los socialistas a una gran movilización electoral, recordándoles que reformas como la sanidad universal pública o el aborto no hubieran sido posibles sin que se movilizaran «millones y millones» de ciudadanos para que sus gobiernos las pusieran en marcha.

Sánchez, que está de gira por España para defender la necesidad de aprobar los presupuestos, señaló que esto es «fundamental» y pidió a las demás formaciones políticas que no voten en contra, que los apoyen o se abstengan, pero que no los rechacen para que puedan salir adelante las cuentas «que necesita el país». Según Sánchez, quien vote «no» a los presupuestos estará «votando no» a revalorizar las pensiones, a la universalización de la sanidad pública, a la reversión de los recortes educativos, a las políticas de vivienda o al impulso al sistema nacional de dependencia.

«Nosotros estaremos para ayudar en todo lo que favorezca a los intereses de los ciudadanos», prometió desde la cárcel Oriol Junqueras, que apuntó que ERC no presentará una enmienda a la totalidad si el Ejecutivo apuesta por el diálogo con el Govern: «Depende de lo que haga el Gobierno (...) puede poner en marcha la mesa de diálogo con la Generalitat para buscar salidas políticas a la cuestión catalana».