El líder del PSOE Pedro Sánchez acudió este martes a Jaén, uno de sus feudos tradiciones, para iniciar la precampaña con un pan debajo del brazo. En una provincia inminentemente rural, anunció una reducción del número de peonadas necesarias para obtener el subsidio agrario y, además, la puesta en marcha en breve de un plan especial de acción para el sector ganadero y agroalimentario en todas las comunidades, con especial incidencia en Andalucía y Extremadura, para mitigar el impacto de la subida arancelaria anunciada por Estados Unidos. Quien quiera avanzar, que vote al PSOE, y quien prefiera bloqueono será por siglas, insistió, culpando al resto de formaciones de la falta de gobierno.

LOS ARANCELES DE TRUMP

Jaén, que vive un contexto de incertidumbre por el efecto de los aranceles de Donald Trump al aceite de oliva, su principal valor económico, siempre ha confiado en el PSOE, como se encargó el lunes de recordar el secretario provincial, Francisco Reyes. En los pasados comicios generales, fue la provincia la que dio los mejores resultados a los socialistas, y además fue la de mayor participación: 76%, cinco puntos por encima de la media y 13 puntos más que en las autonómicas de 2018.

Un capital que Sánchez, acompañado por la secretaria general del PSOE Andaluz, Susana Díaz, no quiso dejar pasar y trató de tensionar con su participación en el acto de conmemoración del centenario de la agrupación. La pregunta en estas elecciones sigue siendo la misma que en abril: ¿queremos que España avance o que se bloquee?, inquirió a los asistentes, reclamando una mayoría rotunda para evitar un nuevo bloqueo como al que nos han sometido Cs, PP, la ultraderecha y la izquierda a la izquierda del PSOE y deslizando que al resto de formaciones no les interesa una alta participación en esta cita electoral. De paso lanzó una pulla al multipartidismo: de qué sirve un sistema político con 10, 15 o mil partidos si al día siguiente de unas elecciones lo que se impone es un bloqueo y que no haya un gobierno que atienda las emergencias sociales?.

La receta del PSOE, dijo Sánchez, sigue siendo la misma de siempre: apostar por el desarrollo del Estado del bienestar frente a los recortes que acomete la derecha. Dicen que no se puede hacer, que no dan los números y que ya está el PSOE tirando la casa por la ventana, ironizó. Pero no, hay recursos económicos, y nosotros vamos a dar una respuesta social completamente distinta a la del PP, que recortaba el Estado del Bienestar mientras se financiaba irregularmente y se embolsaba comisiones en 'b.

EL ADALID DEL ESTADO DE BIENESTAR

El líder socialista volvió a erigirse como el principal adalid del Estado del bienestar, presumiendo de los logros en materias educativas, sanitarias o feministas, y sacó pecho de que en sus siglas siempre han incorporado la E de España, de equilibrio territorial y social, de educación, ecología, de empleo. Tras subrayar que es necesario la formación de gobierno ahora, y no en cinco meses, anunció las que serán las primeras medidas cuando gobierne.

A la ya conocida de revalorizar las pensiones con el IPC, anunciada este mismo lunes, sumó una reforma educativa para acabar con la ley que segrega a niños y niñas; la reducción de los aspectos más lesivos de la reforma laboral, o la aprobación del nuevo estatuto de los trabajadores. También la reforma del sistema de financiación, la mejor vía para lograr el equilibrio territorial y social, pero en el que antes de hablar de cuanto corresponde a cada región habrá que perfilar qué modelo de servicio queremos.

En este punto, cargó contra las carencias del resto de formaciones. Nosotros tenemos equipo e ideas, el resto no tiene nada. Y empezó la lista de agravios: el PP presentó a (Daniel) Lacalle, el economista que quería privatizar pensiones, y le fue como le fue, con un 16% de los votos; Rivera (Cs) ¿a quién tiene, si se abrazó a la ultraderecha y está pasando por bastantes dificultades?, dijo en alusión a las críticas internas.

CRÍTICAS A UNIDAS PODEMOS

Sobre Unidas Podemos, recordó que la izquierda a la izquierda del PSOE en cuatro ocasiones ha votado en contra de que los socialistas gobiernen España, tiene mérito, ironizó, mostrando su deseo de una izquierda como la de Portugal, que nada más cerrarse las urnas se pusieron a negociar políticas para que el gobierno echara a andar.

Ya me gustaría a mí tener esa izquierda en España o en Andalucía, dijo. Y pese a asegurar que no es momento de lamentos por lo que no pudo ser ni de reproches, no dudó en atizar a una derecha que no tiene remedio en España. Es lo que tenemos, cuando puede sumar, lo hace con la ultraderecha, cuando no, bloquea para que no gobierne el PSOE, y cuando gobierna, lo que hace es recortar derechos universales y llevarse lo que puede.