Frente a la tesis que había mantenido hasta ahora el Gobierno en público, Pedro Sánchez anunció este viernes que no elaborará los Presupuestos Generales del Estado si no dispone de los apoyos necesarios en el Congreso para sacarlos adelante. Fuentes de la Moncloa llevaban días especulando con esta posibilidad, pero Sánchez fue mucho muy claro. "No vamos a marear a los españoles", dijo el jefe del Ejecutivo desde Antigua (Guatemala), donde participó en la cumbre iberoamericana.

Por lo tanto, si ERC y el PDECat mantienen su actitud y se niegan a negociar las cuentas, Sánchez prorrogará los Presupuestos "heredados" de Mariano Rajoy e intentará aprobar algunas de las medidas de su pacto con Pablo Iglesias de forma individual, mediante reales decretos, una fórmula a la que republicanos y posconvergentes son menos reacios.

Y aquí, continuó el presidente, las iniciativas que tendrán prioridad serán las relacionadas con "sanidad, pensiones, sueldos para los trabajadores y educación". "Lo importante es si se van a materializar las políticas. Si no lo hacemos de una manera, lo haremos de otra", explicó Sánchez, minimizando la relevancia de los Presupuestos en sí mismos. El debate entre una vía u otra, argumentó, es "accesorio".

Pero no lo es para Iglesias, principal socio del líder socialista. El secretario general de Podemos auguró en una entrevista en Catalunya Ràdio que sin unas cuentas públicas aprobadas "la presión va a ser tanta" que los comicios generales pueden celebrarse "mucho antes de lo que muchos se imaginan" y subrayó que el Ejecutivo de Sánchez no tiene estabilidad y cuenta con "menos diputados de los que ha tenido nunca ningún Gobierno".

El jefe del Ejecutivo respondió a Iglesias con tranquilidad, dando por hecho que la sintonía con los morados no va a desaparecer y que la legislatura tampoco se va a truncar. "Escucho todas las opiniones, pero el Gobierno decide por sí mismo", dijo Sánchez con contundencia. Su voluntad sigue siendo aguantar todo lo posible. Como mínimo, hasta otoño del año que viene.

EL CAMBIO

El Gobierno, hasta ahora, había transmitido su voluntad de presentar los Presupuestos sí o sí, tanto con apoyos como sin ellos. La Moncloa buscaba que los grupos parlamentarios se retratasen, votando a favor o en contra de avances sociales incluidos en el pacto entre el Ejecutivo y Unidos Podemos como la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) a 900 euros, la revalorización de las pensiones y más fondos para la dependencia. Ahora, sin embargo, el enfoque ha cambiado. El Ejecutivo no quiere llevar los Presupuestos si no los tiene atados, y no parece que los vaya a atar, para evitar la imagen de un fracaso en el Congreso, que aumentaría la sensación de debilidad de Sánchez, que solo tiene el respaldo asegurado de los 84 diputados socialistas.

En estos momentos, el PP y Ciudadanos son las dos fuerzas que con más insistencia piden que se convoquen cuanto antes, algo que no reclaman ni PDECat ni ERC. A los partidos soberanistas, el riesgo de que el PSOE y su socio Podemos pierdan la Moncloa no les conviene y tampoco les benefician unas generales antes de las municipales, autonómicas y europeas. El mensaje se polarizaría y podría arrojar un resultado general en Catalunya en contra de la independencia, un mal presagio de lo que podría llegar en las elecciones de mayo.

"A GOLPE DE DECRETO"

El líder morado plasmó su advertencia en un mensaje publicado en Twitter en el que deja claro que "Sánchez no puede gobernar a golpe de decreto con 84 diputados" en una legislatura caracterizada por una "Mesa del Congreso controlada por PP y Cs". En este sentido, señaló que la única posiblidad pasa por "llegar a acuerdos para sacar adelante los Presupuestos". Por el contrario, para Iglesias "lo más sensato sería convocar elecciones".

Presente o no las cuentas Sánchez, los morados apoyarán todos los decretos que prepare el Gobierno y que estén en línea del borrador que acordaron Iglesias y el jefe del Ejecutivo. La iniciativa de la subida del salario mínimo interprofesional y otras medidas de marcado carácter social permitirían al dirigente socialista aguantar un año más y llegar hasta otoño del 2019. Los Presupuestos del 2018, diseñados por Rajoy y aprobados pocos días antes de salir de la Moncloa tras la moción de censura, se prorrogarán de manera automática en todo caso, porque Sánchez no ha cumplido los plazos que marca la ley y no ha llevado los suyos al Congreso antes del 30 de septiembre.