Todo está abierto. Un día después de las elecciones, en las que los socialistas obtuvieron 120 escaños (tres menos que en abril) y perdieron cerca de 700.000 votos, Pedro Sánchez se prepara para llamar a los líderes de la oposición para explorar la gobernabilidad. El PSOE, que ha reunido este lunes a su ejecutiva, reconoce la dificultad de la investidura, pero ante el reparto de escaños en el Congreso ha comenzado a vislumbrar una posibilidad, en la que los 10 diputados de Cs podrían apoyar a Sánchez para no tener que depender de ERC.

La suma de los socialistas es esta: sus 120 diputados, más 35 de Unidas Podemos, 10 de Cs, siete del PNV, tres de Más País y Compromís, dos de Coalición Canaria y los escaños del BNG, Teruel Existe! y el PRC, que obtuvieron uno cada uno. Esa hipotética alianza daría 180 actas en la Cámara baja, más que suficientes para que Sánchez fuese reelegido incluso en primera votación, donde bastan 176 apoyos. Alguno de estos posibles aliados, por lo tanto, se podría descolgar sin comprometer el resultado final.

Sí, puede salir una suma en ese sentido y la vamos a trabajar. Ese es el margen que tenemos, ha dicho el secretario de Organización y ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos.