Pedro Sánchez sigue aferrado a la esperanza de una investidura antes de final de año. Sabe bien que el contexto es endiablado, pero como las negociaciones con ERC avanzan, está determinado a poner todo lo que está de su parte para lograr el acuerdo lo antes posible, después de ocho meses varado en un impasse exasperante. En ese empeño, el presidente recupera su tono más dialogante con un lenguaje que para los independentistas supone una conquista.

En un momento tan sensible, en el que cada coma importa, el presidente en funciones utilizó ayer el concepto de «seguridad jurídica» en lugar de mencionar el término Constitución. Es la misma retórica que se empleó en la declaración de Pedralbes, firmada con Quim Torra en Barcelona ahora un año. Ahora, en ambos lados admiten que estas palabras son un guiño significativo, que llega en la antesala de la llamada pendiente entre Sánchez y Torra, el martes.

El intento de acercamiento se ve ensombrecido por las críticas que algunos líderes territoriales del PSOE vienen señalando desde hace días y que ayer condujo a un agrio cruce de reproches entre el líder del PSC, Miquel Iceta, y los presidentes de Aragón y Castilla-la Mancha, Javier Lambán y Emiliano García Page. El primer secretario de los socialistas catalanes afeó a ambos sus palabras sobre la negociación y estos le contestaron llamándole «supremacista».

En el lenguaje negociador, las palabras de Sánchez se interpretaron de forma inequívoca, tanto en Madrid como en Barcelona. «El diálogo debe ser el método para resolver conflictos políticos como el que se vive ahora mismo, y el marco tiene que ser la seguridad jurídica que emana de las leyes democráticas que tenemos», defendió en rueda de prensa desde Bruselas, tras asistir a un Consejo Europeo que le deja, según explicó, una sensación de «frustración». Nada va a la velocidad que él desearía, señalan sus colaboradores: los grandes asuntos europeos se mueven a un ritmo desesperante y la investidura se acaricia, pero tampoco, de momento, termina de cuajar. La fórmula es relevante porque en todo el periodo negociador Sánchez ha hecho referencia expresa a la Constitución. El pacto «será público y constitucional», había afirmado hasta ahora el líder socialista.

A pesar de ese tono dialogante, Sánchez reprochó a Torra que reste peso a la llamada que se ha comprometido ha hacerle, el próximo martes. «Me llama la atención que quien reclama diálogo critique el diálogo», señaló. Según la Generalitat, la agenda de Torra está libre ese día a las ocho de la mañana.

La Moncloa no ha dado por cerrada la cita todavía, pero la idea es telefonear a todos los presidentes autonómicos según la antigüedad de sus respectivos estatutos, por lo que el lendakari, Iñigo Urkullu, debería ser el primero, quedando Torra en segundo lugar.

No es el único frente abierto. En una entrevista en TVE, Iceta calificó de «inoportunas» e «impropias» de un presidente autonómico las palabras de Lambán y Page, que en los últimos días habían cargado contra las negociaciones con ERC. El mandatario aragonés había tachado a los republicanos de «indeseables». El manchego había dicho que no quería «vaselina» como regalo de Reyes, en referencia a que el pacto podría llegar en esas fechas.

FUEGO CRUZADO / Lambán y Page se revolvieron contra las palabras de Iceta, en un cruce de reproches que no se veían en el PSOE desde que Sánchez volvió al liderazgo del partido. «El supremacismo, por desgracia, está haciendo estragos en Cataluña. Yo creía que negarnos el derecho a opinar a los demás era algo propio de los independentistas catalanes, exclusivamente suyo», dijo Lambán.

«Sobre España hablamos todos los españoles y todo el PSOE», respondió Page, quien reprochó a Iceta que no le defienda «ante tanto insulto y ataque» que recibe del independentismo. El castellano-manchego no se quedó ahí. Recordó que Sánchez, antes de llegar a la Moncloa, había utilizado palabras más duras frente al separatismo catalán. Palabras como «xenófobo» para referirse a Torra. «Yo no he llamado xenófobo a Torra. Hay quien lo ha hecho y ahí no he visto para nada protestar al compañero Iceta», zanjó Page.

Mientras, Miquel Icetareiteró durante el congreso del PSC que celebra el partido este fin de semana en Barcelona, la necesidad de que Cataluña disponga de más autogobierno y «blindarlo» para que un cambio de Gobierno central no pueda recortarlo.