Pedro Sánchez no pone pegas a retirar su polémica iniciativa para reformar la ley orgánica del poder judicial. No le importa sacrificarla si hay acuerdo con el PP. Y para ello está dispuesto a retomar la "negociación ya", "mañana" mismo incluso, con "todas las concesiones" posibles "dentro de la lógica". Para empezar, lideraría las conversaciones, de nuevo, el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, como hasta ahora, y en ningún caso Podemos.

Era la primera vez que el presidente del Gobierno se pronunciaba públicamente sobre la proposición de ley que el martes registraron PSOE y Unidas Podemos en el Congreso para reformar con celeridad, en un plazo de unos dos meses, la ley orgánica del poder judicial (LOPJ) y forzar así la renovación del órgano de gobierno de los jueces sin contar con el PP. La maniobra del Ejecutivo ha soliviantado a la oposición de derechas, ha suscitado dudas incluso entre los socios de investidura y ha alertado a Europa. La Comisión Europea advierte de que estará vigilante y subraya que ha de garantizarse la "independencia" judicial.