Pedro Sánchez ha iniciado este lunes la ronda de contactos con los líderes territoriales del PSOE para fijar la fecha del congreso del partido. El secretario general se ha reunido con dos de los barones que le apoyan sin titubeos: el murciano Rafael González Tovar y el castellano-leonés Luis Tudanca. El martes, sin embargo, Sánchez tiene previsto citarse con el presidente de Aragón, Javier Lambán, integrante del bando crítico, quien rechaza que el líder socialista llegue a la Moncloa a través de la abstención de ERC y Democràcia i Llibertat. Las conversaciones continuarán a lo largo de la semana con el resto de líderes, en encuentros cara a cara si las agendas lo permiten, para pactar una fecha que será aprobada en el comité federal del próximo sábado.

El próximo congreso del PSOE debería celebrarse en febrero, pero Sánchez decidió retrasarlo debido a la inestabilidad política en España tras las elecciones generales del 20 de diciembre. La decisión sentó mal entre los líderes territoriales más relevantes (entre ellos, la andaluza Susana Díaz) que a finales del pasado mayo amagaron con forzar a convocar un cónclave cuanto antes para relevar al actual secretario general. La desconfianza hacia el secretario general se mantiene, pero la presión ha disminuido y la dirección socialista considera que los barones críticos tendrían poco margen de maniobra para impedir un hipotético pacto de gobierno con Podemos.

EN PRIMAVERA

La ejecutiva socialista no da pistas sobre la fecha que saldrá elegida. Se limita a decir que el congreso se celebrará “en primavera”, con abril como fecha más probable. Pero si hay nuevos comicios, algo que el PSOE no descarta, todo tendrá que replantearse. Incluso la candidatura de Sánchez. Y si hay acuerdo de gobierno, la dirección se muestra dispuesta, aunque no sea “necesario”, a que otro comité federal dé el visto bueno.