Pedro Sánchez cambia de enfoque. Tras intentar negociar su investidura a través de reuniones con los principales líderes políticos, el secretario general del PSOE, que la semana pasada no logró ponerse de acuerdo con Pablo Iglesias sobre el reparto de ministerios en un futuro Gobierno de coalición, desplazará el foco a la sociedad civil, manteniendo encuentros con representantes de asociaciones feministas, ecologistas, sindicatos y agrupaciones del tercer sector. De ahí saldrá una nueva propuesta que trasladará a Podemos «a lo largo de estos días», pero dejando claro que un Ejecutivo conjunto está descartado. La única fórmula que baraja Sánchez es la de un Gobierno solo socialista apoyado por los morados a cambio de un programa.

El movimiento, anunciado ayer por el presidente en funciones a través de una carta a la militancia de su partido, pretende aumentar la presión sobre Iglesias, que ha puesto en duda la condición de Sánchez como líder de «izquierdas». El jefe del Ejecutivo busca así argumentar que no solo el PSOE defiende estas propuestas y la fórmula de un Gobierno monocolor, sino que todo el esquema viene respaldado por la sociedad civil.

Los socialistas siguen siendo escépticos sobre la posibilidad de que Iglesias ceda, pero esperan que este giro en la negociación, junto a la posición de IU y Anticapitalistas dentro de Unidas Podemos (pidiendo apoyo por medidas en lugar de coalición sí o sí), pueda acabar moviendo al líder morado. La primera reacción no invita al optimismo. El secretario de Acción Política de Podemos, Pablo Echenique, valoró el movimiento de Sánchez así: «Gobierno a la portuguesa significa acaparar el 100% del poder, sin negociar, con la ventaja de tener las manos libres para pactar con la derecha cuando quiera».

«Quiero trasladarte un mensaje de esperanza en el futuro porque es posible el acuerdo para evitar que España se vea abocada a nuevas elecciones. Impedir la repetición electoral es una prioridad absoluta para mí, y voy a trabajar sin descanso para superarlo -explica Sánchez en la carta a las bases del PSOE-. Y para ello, desde mañana comenzaré a reunirme con diferentes colectivos de la sociedad civil como asociaciones feministas, ecologistas, agentes sociales, agrupaciones del tercer sector para que puedan colaborar en la creación de un espacio común para alcanzar un Gobierno progresista».

PORTUGAL Y DINAMARCA / «A lo largo de estos días elaboraremos una propuesta abierta en base a este espacio común que será la que presentaremos a Unidas Podemos para alcanzar un acuerdo programático vinculado con la sociedad civil -continúa el texto-. Un acuerdo que se materialice siguiendo el modelo de experiencias como la de Portugal y la de Dinamarca. En ambos países gobiernan partidos socialdemócratas como fuerzas más votadas. Pero contando con el apoyo externo de fuerzas progresistas que garantizan no solo la estabilidad política, sino también el cumplimiento de un programa de gobierno consensuado desde la izquierda. Estoy convencido de que es una fórmula útil para abordar los retos que tiene por delante nuestro país».

Si Sánchez logra sumar a Podemos con este nuevo enfoque, habrá debate de investidura. Pero solo en el caso de que Sánchez sepa de antemano que su intento de reelección saldrá seguro. «Si no hay agua en la piscina, no merece la pena pasar por otra investidura», señaló en Antena 3 la portavoz del Ejecutivo y ministra de Educación, Isabel Celaá. Al fin y al cabo, la primera investidura fallida sirvió para activar el reloj y poner fecha a una repetición de elecciones, que se celebrarían el 10 de noviembre, una hipótesis cada vez más cercana.