Marruecos es la clave de bóveda para enfrentar la creciente ola de inmigrantes que tratan de alcanzar las orillas de Europa. No habrá forma de contenerla sin una cooperación máxima desde Rabat y para que esa colaboración sea más productiva el país vecino necesita con «urgencia» más ayudas económicas. Pedro Sánchez y Angela Merkel, que este fin de semana comparten trabajo y algo de ocio en Doñana, han decidido abanderar esa reivindicación ante sus socios europeos. Fuentes gubernamentales explican a este diario que confían en que Bruselas conceda a Rabat 130 millones de euros lo antes posible, con el objetivo de que se pueda dotar de las infraestructuras que necesita para contener la presión migratoria. Esa decisión podría tomarse en la cumbre informal de los líderes de la UE en Salzburgo (Austria) el próximo 20 de septiembre o bien ser aprobada por la Comisión Europea (CE).

La ayuda procedería del Fondo Fiduciario de Emergencia para África, que es un instrumento creado en el 2015 para afrontar las causas profundas de la migración en 23 países de tres regiones fundamentales: Sahel, Cuerno de África y Norte del continente. Desde entonces, Alemania y Francia han sido los principales contribuyentes al fondo, de forma que su posición puede ser decisiva. Tanto Merkel como el presidente francés están de acuerdo en priorizar a Marruecos, explican fuentes de la Moncloa. Al no haber oposición de ningún estado miembro, los 130 millones podrían desbloquearse en otoño, o eso esperan los impulsores de la iniciativa. La cifra es sustancialmente mayor que la que Bruselas ha comprometido inyectar este agosto, 35 millones, que España está intentando que se amplíe a 45 millones con urgencia.

¿Qué quiere Marruecos además de ayuda? O dicho de otra forma, ¿qué recibía antes que ya no recibe? Ni Merkel ni Sánchez fueron explícitos en la rueda de prensa que dieron en San Lucar de Barrameda (Cádiz) tras un almuerzo de trabajo juntos. «Marruecos desempeña papel importante en inmigración, pero además es un socio con el que queremos fomentar el desarrollo económico», admitió la cancillera, que no conncretó más pero pactó con Sánchez que sea España quien lidere las conversaciones con Rabat. Los marroquíes se han venido quejando de que están en la cola de países receptores del Fondo Fiduciario de Emergencia para África, frente a otros más beneficiados, como Libia, que ahora ya no tiene un papel clave en el control fronterizo, puesto que se ha cerrado la ruta de inmigrantes en su área.

A nadie se le escapa que, tras llegar este verano a las costas españolas, es previsible que una proporción importante de desplazados alcancen países de centroeuropa en los próximos meses, hecho que inquieta a otros gobiernos. En un contexto de crecimiento de partidos xenófobos, líderes como Emmanuel Macron o Merkel están especialmente implicados en resolver el conflicto.

Preocupación por PP y Cs / También al Ejecutivo español le preocupa la deriva del PP y Ciudadanos hacia posiciones más radicales que, consideran, se alinean con discursos xenófobos. Sánchez no quiere responder a los eslóganes más polémicos de Pablo Casado y Albert Rivera sobre la inmigración y ayer volvió a ofrecer a todos los grupos parlamentarios lo que el presidente del PP ya rechazó, un pacto de Estado para apartar la inmigración del debate partidista. Sin embargo, fuentes del Gobierno apuntan que si la escalada discursiva sigue en ascenso con mensajes peligrosamente cercanos a la xenofobia, Sánchez responderá.

Los gobiernos español y alemán reclaman que la UE establezca cuotas obligatorias para que cada estado miembro asuma un porcentaje de inmigrantes. «Deben ser repartidos de manera justa, no tenemos solución todavía», señaló Merkel, quien apeló a «mover algo en la Unión Europea» para fijar estas cifras.

También de cuotas habló Sánchez, por el debate abierto en España sobre el reparto de los menores que llegan sin acompañamiento de adultos y que absorbe mayoritariamente Andalucía. Desde la Junta se ha pedido un reparto equitativo entre todos los territorios. El presidente del Gobierno dio a entender que se pactarán cuotas en la próxima reunión sectorial de inmigración, prevista para septiembre.

«Acuerdo va a haber. El Gobierno no contempla otro escenario que un acuerdo todas las comunidades autónomas», insistió. Actualmente, Andalucía se hace cargo del 36% de estos menores, seguida por Cataluña con un 14%, mientras que La Rioja, Cantabria o Asturias apenas acogen.