Votación de vértigo este viernes en el Congreso. Pedro Sánchez se podría jugar la estabilidad de la legislatura si no consigue sacar adelante la senda de déficit, el primer trámite para poder presentar el anteproyecto de los Presupuestos del 2019. Ejecutivo redobla sus esfuerzos negociadores porque a menos de un día, continúa sin tener amarrados los apoyos mínimos para conseguir arrancar una aprobación. Para atraer a sus aliados hay dos grandes cuestiones sobre la mesa. Por un lado, atender las reclamaciones distintas de cada uno de esos socios. Por otro, garantizarles que su voto no es en vano, no es improductivo y que aunque el PP en el Senado tumbe la propuesta habrá un mecanismo para rescatar la decisión del Congreso.

¿Cómo? Con una reforma del artículo 15 de la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Mariano Rajoy la modificó en el 2012 para darle a la Cámara Baja la última palabra en la tramitación de la senda de déficit. Ahora, Sánchez podría revertirla. Esa es la intención que la vicepresidenta, Carmen Calvo, transmitió este miércoles a algunos de sus socios, según fuentes de máxima solvencia han confirmado a EL PERIÓDICO. La medida, sin embargo, difícilmente pude validarse antes del verano, puesto que debe aprobase en pleno. Si se hace mediante un proyecto de ley el trámite es más rápido que con una proposición, ya que esta última necesita previamente de una toma en consideración.

Apurando la negociación

Sánchez confía con obtener el mismo respaldo parlamentario que tuvo en la moción de censura, el 1 de junio, pero ahora sus socios ponen un precio más alto a sus apoyos. El PDECat, que sigue negociando, se sitúa entre la abstención y el 'sí'. Unidos Podemos ha decidido preliminarmente abstenerse, pero podría variar su posición el viernes antes del pleno. Compromís decidirá también justo antes de que comience el debate en el Congreso. Si no se aceleran los acuerdos, el Gobierno sufrirá hasta el último instante la incertidumbre de saber si sobrevive a una aprobación que se ha vuelto crucial.

Fuentes del PDECat sostienen que el voto final sobre el déficit dependerá de si el Gobierno atiende a demandas soberanistas sobre la flexibilización de la regla de gasto respecto a los ayuntamientos. Y también se decidirá en función del sentido del voto de otros grupos como Podemos.

La Cámara Alta tiene previsto el pleno para el lunes a mediodía y, salvo sorpresas, el PP rechazará con su mayoría absoluta la propuesta del Gobierno.