Pedro Sánchez considera que la explicación ofrecida este miércoles por Mariano Rajoy es “una tomadura de pelo a los españoles” porque no resuelve ninguna de las incertidumbres más acuciantes. Molesto por lo que considera una “idefinición” nefasta, el líder de los socialistas reclama a su adversario político que concrete de una vez si va a presentarse a la investidura, aunque no tenga una mayoría clara amarrada, y que fije la fecha de inmediato. Taxativo, Sánchez, ha dado un ultimátum al presidente en funciones. Si el viernes no ha anunciado una cita para el pleno de investidura, el PSOE presentará en el Congreso -en solitario o con otros grupos- una iniciativa para que la presidenta de la Cámara baja, la popular Ana Pastor, presione a Rajoy y se confirme un día exacto.

“Rajoy no puede mantener cautiva a la democracia. Le exijo que ponga ya la fecha de la investidura”, ha repetido el secretario general del PSOE como un mantra en su comparecencia, que ha realizado tras reunirse con la comisión permanente socialista y después de escuchar la intervención de Rajoy al ser autorizado por el Comité Ejecutivo del PP a iniciar una negociación formal con Ciudadanos.

Sánchez ha dicho que no tiene “ningún problema” en reunirse con el líder conservador, como éste le ha pedido en su comparecencia, pero ha advertido que solo lo hará una vez haya confirmado que va a presentarse a la votación para ser presidente y haya establecido la fecha, convencido de que “la primera persona que boicotea esa investidura es Rajoy”.

EL PP "EXIGE SUMISIÓN"

El número uno del PSOE ha ratificado lo que ya se esperaba: que los socialistas votarán en contra de la candidatura del popular, porque consideran que nada ha cambiado en el escenario político transcurridos casi dos meses de las elecciones, el 26-J. “No ha habido ningún avance. Rajoy exige la sumisión de todos los grupos a su propuesta para ser presidente. Y no pide solo la investidura, también pide la gobernabilidad. En definitiva, lo que quiere Rajoy es gobernar sin oposición”, ha opinado.

Sánchez le ha acusado de hacer “chantajes” y de tratar con “desdén” a sus aliados. Ha pedido que no se lean en sus palabras “resquicios” hacia una abstención que, asegura, no llegará. “Para que pasen de 137 (diputados) a 176 (mayoría) a Rajoy le falta capacidad de diálogo y le sobran casos de corrupción, ha señalado.

Sin embargo en toda su intervención ha hablado de una negativa a "Rajoy" o a "el candidato del PP", pero no ha llegado a desmentir con rotundidad que el PSOE vaya a mantener esa misma negativa si los populares decidiesen reemplazar a su número uno, opción que, de todos modos, en este momento parece inverosímil. Preguntado insistentemente por esta posibilidad y la reflexión que este martes lanzó en ese sentido el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, Sánchez ha eludido enredarse en la hipótesis de un cambio al frente del partido conservador.

"El PSOE no se va a abstener. Tan importante es que haya Gobierno como que sea limpio y justo", ha sentenciado para intentar amortiguar la presión sobre su partido de quienes les exigen que permita gobernar.