El Gobierno trata de evitar que arraigue el último recado que ha dejado Quim Torra después de que Pedro Sánchez anunciase que se pondrá en contacto con él, y con el resto de presidentes autonómicos, la próxima semana. Este jueves, el mandatario catalán ha rebajado la importancia de esa llamada porque considera que será algo vacío, carente de contenido y claramente insuficiente. Sus palabras han recibido la respuesta casi inmediata del candidato socialista a la investidura. A su llegada al Consejo Europeo, en Bruselas, Sánchez se ha detenido ante la prensa para trasladar un mensaje cristalino. A saber: solo un Gobierno a pleno rendimiento, tras ocho meses en funciones, podría afrontar los grandes asuntos pendientes en Cataluña: la financiación autonómica, las inversiones en infraestructuras, la sanidad y las cercanías ferroviarias.

El líder socialista ha adelantado que explicará a Torra la "urgencia" de que el nuevo Ejecutivo se ponga en marcha para poder afrontar las cuestiones "del día a día" que afectan a los catalanes. Desde esta perspectiva ha apelado a todos los partidos a que se sientan "concernidos" por la necesidad de desbloquear la formación del Gobierno y "salir del impasse".

Sánchez, que dice haber recibido el encargo del Rey como candidato con "honor y esperanza", ha anunciado que comenzará la ronda de llamadas a los presidentes la próxima semana siguiendo el orden fijado institucionalmente, según la antigüedad de los estatutos de autonomía. Es decir, el primero será el lehendakari, Íñigo Urkullu, el segundo Torra y el tercero el presidente gallego, Alberto Núñez-Feijóo. "Le llamaré segundo, después del lehendakari del País Vasco. Tampoco creo que haya problema", ha opinado.

Como ya hiciese este miércoles en su comparecencia tras ser designado candidato, ha vuelto a agradecer a ERC su disposición para negociar la investidura en lugar de "desentenderse".

El presidente no mantiene esperanza alguna en un cambio de posición política del líder del PP, Pablo Casado, pero aún así se reunirá con él y con la máxima dirigente de Cs tras la marcha de Albert Rivera, Inés Arrimadas, el próximo lunes en el Congreso. Sánchez ha lamentado que Casado continúe rechazando facilitar la investidura y le ha alineado con Vox.

"De la ultraderecha lo espero. Pero de un partido que va dando lecciones supuestamente de constitucionalismo y también de ser un partido de Estado no lo entiendo", ha reprochado.