Ni el secretario general socialista, Pedro Sánchez, ni el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, se han apartado hoy un milímetro de sus respectivas posiciones a horas de reunirse con el candidato popular al Gobierno, Mariano Rajoy, con quien tampoco tienen intención de negociar la investidura.

Hablar sí, porque han recibido una llamada y ambos están dispuestos a escuchar a Rajoy, pero los dos han mantenido hoy que no tienen nada que negociar con el presidente de Gobierno en funciones porque ya tienen decidido su voto: en el caso del PSOE, un rotundo no en la primera y segunda votación, mientras que Ciudadanos sigue con el no en la primera vuelta y la abstención en la segunda.

Al PSOE no parece que le haya hecho mella que el expresidente Felipe González haya pedido a los suyos que se abstengan aunque Rajoy "no se lo merezca", porque, como ha recordado el portavoz socialista en el Senado, Óscar López, esta posición se consensuó en el último Comité Federal, celebrado el pasado 9 de julio.

Y con esa idea se verá mañana Sánchez con Rajoy en el Congreso, una cita a la que únicamente van de oyentes, ha insistido, y en la que rechazarán abrir una mesa de negociación con el PP al entender que son otras fuerzas más afines -como Ciudadanos, PNV o Convergencia- las que deben apoyarle y no los socialistas.

Sin embargo, el aspirante popular pretende poner el acento en todas las "coincidencias" comunes a los tres partidos, coincidencias que ya dirigentes del PP ven en el pacto de gobernabilidad fallido que firmaron PSOE y Ciudadanos en la legislatura anterior y que entonces no contó con el apoyo de los populares.

Por eso ahora Óscar López cree que sería "verdaderamente sorprendente" que el PP les planteará una oferta sobre ese acuerdo.

A Albert Rivera, que se entrevistará con Rajoy el miércoles, tampoco le ha llegado ninguna propuesta concreta para pactar la investidura, más allá del documento "continuista" que les trasladó el líder del PP a todas las formaciones el pasado 13 de julio.

De igual manera que los socialistas, van a ir a escuchar y, como ellos, tampoco van a negociar nada, porque Ciudadanos ya decidió la abstención sin contrapartidas para contribuir a desbloquear la situación.

Ese mismo gesto le ha vuelto a pedir hoy Rivera a Pedro Sánchez porque, de lo contrario, ha advertido, habrá terceras elecciones, poniendo así toda la presión en el partido socialista, al que ha pedido que atienda a la recomendación de Felipe González y facilite un ejecutivo en minoría de Rajoy.

Incluso se ha ofrecido a "echar un cable" para desatascar la legislatura y sentarse en una mesa con populares y socialistas para que las dos principales fuerzas puedan "negociar" un acuerdo de mínimos y llegar a esa abstención.

Un acuerdo de mínimos que, sin embargo, Rivera no contempla alcanzar con el PP mientras Rajoy sea el candidato y no por una cuestión "personal", ha puntualizado, sino por tratarse de un problema de "limpieza democrática", ya que cree que el presidente en funciones ha sido tolerante con la corrupción en el PP durante los últimos años.

Y mientras Sánchez y Rivera siguen atrincherados en sus respectivas posturas, Rajoy continúa sin despejar la duda de si se someterá finalmente a la investidura después de que el jueves pasado, tras ser propuesto por el Rey, no diera garantías de hacerlo si no contaba con los apoyos suficientes.

Precisamente, ese es uno de los principales intereses con el que Sánchez acude mañana a ver a Rajoy, ya que quiere "respuestas claras" sobre si se presentará a la investidura, si lo hará aunque no tenga los respaldos necesarios o sí volverá a rehuir la propuesta del monarca.

También Rivera espera que la reunión de mañana sirva para disipar la incógnita y ha aprovechado para reclamar a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, que fije la fecha de la sesión cuanto antes, recordando que su puesto no le permite actuar en nombre del PP.