El candidato socialista, Pedro Sánchez, ha defendido que, aunque el cambio no es "patrimonio exclusivo" del PSOE y que cuantas más personas se sientan identificadas con un gobierno del cambio "más poderoso" será ese cambio, "si no gana el PSOE, en España no habrá cambio" el próximo 26 de junio.

"El cambio no tiene intermediarios, el cambio es decir sí a la papeleta del PSOE", ha dicho Sánchez, que ha proclamado que su proyecto se llama socialdemocracia, mientras que "el de Rajoy se llama Rajoy". "Vamos a decir sí al cambio y no a Rajoy", ha apostillado.

Sánchez ha prometido que si gana las elecciones habrá un gobierno "progresista", "dialogante", "limpio" y "social", y que será "generoso". "Lo que no han sido conmigo", ha apostillado.

El candidato socialista ha arrancado su precampaña con un acto multitudinario en Madrid, acompañado por el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, los exlíderes del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba y Joaquín Almunia, los miembros de su "equipo del cambio", entre ellos Josep Borrell, los candidatos al Congreso y al Senado y los líderes territoriales y presidentes autonómicos del partido.

Todos ellos han ido desfilando hasta colocarse en un inmenso escenario, entre aplausos de los más de 2.000 asistentes, a los que el expresidente Felipe González también ha enviado un mensaje de apoyo a través de un vídeo, ya que no ha podido acudir al acto por estar de viaje.

Miembros todos ellos de un partido con 137 años de historia del que Sánchez se siente "uno más" y que, a su juicio, está plagado de nombres que les llenan de "orgullo", desde Pablo Iglesias -el fundador- hasta Juan Negrín o Largo Caballero, sin olvidarse de Zapatero y Rubalcaba.

"El PSOE no es ni de Pedro, ni de José Luis, ni de Alfredo ni de Felipe ni de tantos hombres y mujeres de los que nos sentimos orgullos; es al revés, nosotros somos del PSOE", ha dicho entre grandes aplausos de los asistentes.

Las cuatro letras de sus siglas bastan para definirles, ha profundizado, para a continuación decir que otros, en alusión a la coalición entre Podemos, IU y otras fuerzas, van a tener que presentarse "con papeletas apaisadas".

Aunque ha asegurado que el PSOE ya no piensa en lo que "pudo ser", en alusión a su fallida investidura, Sánchez no ha podido evitar referirse a estos cinco meses y señalar que él entendió el mensaje de las urnas del 20D: "Que había que abandonar el 'y tú más', hablar de soluciones y no de sillones, de lo que une y no de lo que divide (...) Que había que acordar con el distinto, y eso fue lo que hizo el PSOE".

En ese escenario es en el que, según ha dicho, dio "un paso al frente", convencido de que su "mayor fracaso" hubiera sido decirle no al jefe del Estado, y antes de recordar que cumplió con su palabra de no ser "presidente a cualquier precio".

Por eso, cree que las del 26 de junio no serán una segunda vuelta, sino unas nuevas elecciones, porque, pese a que se repitan los candidatos a la Moncloa, la gente ya sabe quiénes han trabajado "para el cambio" y quiénes mantienen "bloqueado" el país y "lo pagarán en las urnas".

La socialdemocracia es, a su entender, la solución frente "al inmovilismo y la intransigencia", que ha considerado "dos caras de un mismo problema, que es el bloqueo".

"Decir sí al cambio va a significar decir sí a las grandes transformaciones que necesita España", a juicio de Sánchez, quien ha añadido que algunas de esas reformas requerirán el concurso de todos, por lo que trascenderán las ideologías.

También ha indicado que no quiere que le voten "por miedo ni por rencor", sino por la "ilusión" de hacer un país mejor, sobre todo para que la "clase media y trabajadora" a la que ha dicho representar no vea el futuro "como una amenaza".

Un país en el que se pueda reformar la Constitución "de manera más asidua", como en Francia, que sea una potencia industrial o exportadora como Alemania, países todos ellos a los que España puede superar, "porque en ilusiones, en ganas y en capacidad no hay país como España", ha proclamado.

Sánchez ha subrayado que si gana las elecciones, en las que ha prometido "juego limpio", habrá gobierno a la semana siguiente, y ha reiterado que derogará la reforma laboral aprobada por el PP, la ley de seguridad ciudadana y la Lomce.

Y que reactivará otras leyes, como la de dependencia, o la de igualdad, que garantizará las becas, que impulsará una reforma fiscal, que promoverá una reforma constitucional que establezca, entre otros asuntos, que la sanidad es un derecho fundamental, y que hará de España "un país de acogida".

Quiere asimismo un "gobierno de la honradez intransigente", que lidere un gran acuerdo para regenerar la vida democrática y que promueva un cambio en el modelo territorial hacia el Estado federal.

"Frente a los que reivindican el derecho a decidir para separarse, los socialistas vamos a reivindicar el derecho a convivir unidos", ha advertido en alusión a Cataluña.