Con todas las encuestas a favor del PSOE como el partido que ganará las elecciones, el secretario general de los socialistas trató anoche de combatir el fantasma de la abstención que provoque una mayoría insuficiente para gobernar. «Hay ese ambiente», concedió tras repasar las encuestas de los medios de comunicación, «pero no podemos ni debemos relajarnos».

«La frontera entre el futuro y la involución es el voto», clamó en un multitudinario mitin en Málaga, apelando una vez más a la foto de la derecha y la ultraderecha en la Plaza de Colón, «el bloque de la involución». «España es amiga del futuro y lo vamos a demostrar el día 28 de abril sacando a quienes quieren retroceder», dijo, apelando entonces a la estabilidad «que necesita» el país y que solo los socialistas, dijo, garantizan. Sánchez instó entonces a una campaña intensa por parte de los militantes y «los socialistas de corazón» para evitar la abstención recordando que, como ya se vio en Andalucía el pasado diciembre, será necesaria una mayoría amplia para poder gobernar debido a los vetos de otras formaciones.

Unos «cordones sanitarios», señaló en alusión a Ciudadanos, que no hacen sino demostrar una concepción excluyente de la democracia en la que solo caben «quienes piensan como ellos». También la secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz, con quien Sánchez se reencontraba tras el enfrentamiento en el último comité federal por la purga de susanistas de las listas de las generales, aludió a esos vetos.

«Pedro será presidente, y los del cordón sanitario son los mismos que tendrán que apoyarte porque España merece un Gobierno, merece estabilidad», dijo.

Con la «espinita» de lo que pasó en las autonómicas del 2 de diciembre, Díaz coincidió con Sánchez en que «ganar no basta» y prometió que por eso los socialistas andaluces van a «pelear con Pedro» con todas sus fuerzas, «porque queremos un presidente que coja la bandera de España para acunar y para envolver a quien más lo necesita», subrayó. También dijo que, después del triunfo socialista en las generales y en las municipales del 26 de mayo, ella seguirá liderando el PSOE de Andalucía: «Yo estaré más cerca de ser la presidenta que la derecha no me ha dejado ser después de ganar las elecciones».

Durante su intervención, el presidente reconoció que «en nueve meses no se puede cambiar a un país, pero sí cambiar el rumbo», tras lo cual desglosó el catálogo de medidas sociales puestas en marcha en este tiempo de legislatura, centrado en las pensiones, la subida del salario mínimo, la apuesta medioambiental o la lucha contra la violencia de género y la pobreza infantil. También reprochó que le acusen de instrumentalizar las instituciones gubernamentales con los llamados viernes sociales con los decretos ley. «¿Quién instrumentaliza, quien aprueba políticas sociales en favor de la mayoría o quienes usan los resortes del Estado para obstruir las investigaciones policiales en sus casos de corrupción?», se preguntó.

Sánchez renovó ayer algunos compromisos, como el de la derogación de la reforma laboral, la supresión del pago farmacéutico a los pensionistas con menos recursos, la extensión de la educación infantil de 0 a 3 años, mejorar la enseñanza universitaria y construir la España del conocimiento. También prometió movilizar desde el año 2021 al 2030 unos 200.000 millones de euros de recursos públicos y privados para un cambio de paradigma económico y energético.

SOSPECHA / Pero no todo fueron promesas y alegrías ayer en el PSOE. El número 10 de la lista del PSOE al Congreso por Madrid, Lorenzo Sánchez Gil, después de que algunas informaciones aseguraran que maniobró para que el Ayuntamiento de San Martín de la Vega (Madrid) diese un contrato a la trama Púnica. El afectado proclamó su «absoluta inocencia».