El Gobierno tiene ya sobre la mesa el “instrumento legal” que le permite exhumar los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos a pesar de la oposición de la familia. Fuentes gubernamentales han confirmado a EL PERIÓDICO que están terminados tanto los informes preceptivos como el documento que debe ser sometido a la aprobación del Consejo de Ministros, que con toda probabilidad adoptará la forma de real decreto. Aunque todo está preparado, explican dichas fuentes, la decisión política de aprobarlo en una fecha u otra todavía no está tomada definitivamente.

Una posibilidad que “se ha cimentado” en las últimas horas es que el Gobierno lo valide este viernes, en el último Consejo de Ministros antes de las (breves) vacaciones de verano. Esta opción gana enteros porque está previsto que, tras la reunión, Pedro Sánchez comparezca en rueda de prensa para hacer balance de sus dos primeros meses al frente de la presidencia. La decisión de exhumar los restos del general es probablemente la más icónica de este primer tramo de su mandato y tendría cierta lógica que fuese él quien confirmase la aprobación y diese los detalles de una buena noticia para el Ejecutivo, tras el varapalo de la senda de déficit y el creciente problema con la inmigración.

Hasta la semana pasada, sin embargo, se manejaba que la aprobación sería tras las vacaciones, en el Consejo de Ministros del 24 de agosto. Fuentes de la presidencia del Gobierno aseguran que todo depende de la voluntad política de aprobarlo en una fecha u otra porque el mecanismo legal está listo y ya no hay escollos técnicos ni jurídicos. La fórmula, aseguran, no dejan rendijas para que los nietos puedan revocar la decisión.

El Gobierno ha dilatado más de lo que hubiese deseado la exhumación por las dificultades impuestas por la familia del dictador, que se niega a que los restos salgan del Valle de los Caídos.

En todo caso, los trabajos de exhumación no están previstos, como pronto, hasta final del verano.

El Gobierno todavía no ha desvelado cómo actuaría en el caso de que la familia se resistiese a aceptar los restos. Confía en que, tras la publicación del real decreto, los herederos reaccionen y los asuman.