La vicetodo abandona la política. Soraya Sáenz de Santamaría (Valladolid, 1971), la mujer que más poder concentró en la historia reciente de España, comunicó ayer a Pablo Casado que quiere cambiar de vida, deja el acta de diputada y solo aspira a seguir en el PP como militante.

La política castellanoleonesa ha descartado integrarse en el partido que capitanea Casado, contra el que perdió en las primarias de julio. Públicamente, su nuevo jefe le había ofrecido entrar en la cúpula del PP y también presidir alguna de las comisiones del Congreso, dos puestos que no le han debido de atraer lo suficiente como para continuar en la vida política. La decisión de Santamaría se esperaba después de ver su actitud estos dos últimos meses, cuando ha dado plantón al dirigente conservador en varias reuniones internas (la última, el sábado) y también había causado baja en algunas citas parlamentarias importantes como la reunión de la Diputación Permanente de agosto.

Las primeras reacciones en el PP de Casado fueron de alivio, ya que desaparece la amenaza de que la diputada pudiera haberse quedado como una parlamentaria más y haberse convertido en el verso suelto de la formación, agazapada para ver si el caso máster vuelve con fuerza contra el nuevo líder o no. El Tribunal Supremo debe decidir aún si lo imputa por ese asunto.

Se sabía que la exvicepresidenta tenía pendiente reunirse con el líder de los conservadores para hablar de forma «tranquila» sobre su futuro. Lo explicó ella misma la semana pasada en el Congreso. Ninguna de las dos partes informó previamente de la cita, que empezó a la una de la tarde en la sede de la calle Génova y duró apenas una hora, según fuentes del PP. Los portavoces de Casado no quisieron comentar la conversación ni si el diputado por Ávila intentó convencerle de que se quedara. Poco después de conocerse la noticia, el presidente popular le agradeció en Twitter su «entrega al PP y a España» y le deseó «los mayores éxitos».

Santamaría prefirió explicarse mediante un comunicado que difundió a la prensa. «He adoptado esta decisión después de una profunda reflexión y desde el convencimiento de que es lo mejor tanto para la nueva dirección del PP como para mi familia y para mí», escribió. «Tras una etapa de 18 años de intensa actividad política sólo puedo mostrar mi gratitud más profunda. Ha sido una experiencia impagable, en la que he intentado dar lo mejor de mí misma al PP y al servicio de todos los españoles. A ellos me he debido siempre en mi vocación política y he procurado con mi comportamiento y mi trabajo responder a su confianza», explicó.

Santamaría también subrayó «el honor» de trabajar con Mariano Rajoy, del que destacó que «supo sacar» al país de la mayor crisis económica de su historia reciente y alabó su coraje para «defender la unidad de España».

La política tuvo palabras de recuerdo para sus compañeros y para los afiliados, que la eligieron como favorita en la primera ronda de las primarias de julio, una espina que lleva clavada. Consiguió ganarse a los militantes, pero no a sus compañeros de partido que, vía compromisarios, votaron a Casado en la segunda vuelta. La exivepresidenta acabó el comunicado diciendo que transmitió al presidente popular sus mejores deseos de éxito en esta nueva etapa.

¿Adónde irá ahora la todopoderosa exvicepresidenta? Santamaría, abogada del Estado de formación, no dio ninguna pista. Tiene que cumplir un régimen de incompatiblidades de exaltos cargos que señala que no puede trabajar en ninguna empresa privada sobre la que haya podido tomar alguna decisión durante su mandato. En este caso, el número de áreas que tocó es amplio ya que fue vicepresidenta, ministra de Presidencia y de Administraciones Territoriales. Hay un antecedente y es el de la exvicepresidenta socialista de Economía Elena Salgado. Tres meses después de salir de la Moncloa fichó por Endesa. Se defendió diciendo que la fichaba la filial de Chile.