Satisfacción, aunque moderada en el pequeño comercio, que ve positivo que se pueda empezar a abrir los negocios en breve, en concreto, a partir del próximo 11 de mayo. Con todo, esperan a conocer «la letra pequeña» de esta medida para no hacerse demasiadas ilusiones todavía, aunque la impresión inicial es positiva, porque recuerdan que llevan más de un mes con los negocios con la persiana bajada, sin ingresos y con las mismas obligaciones y gastos que cuando estaban funcionando a pleno rendimiento.

El presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, pidió, por ejemplo, pensar en los autónomos que tienen eventos contratados después del 30 de junio, como ferias o conciertos, para que se les comunique ya si no van a poder celebrarse para suspenderlos.

«No basta con saber cómo va a ser la desescalada, sino también qué va a pasar con aquellos que no se pueden incorporar el 30 de junio», apostilló. Por ello, el presidente de la federación pidió que no se deje de lado el diálogo con las organizaciones en cada una de las fases, porque son las que conocen la situación y casuística de estos trabajadores. No obstante, Amor cree que estas cuatro fases, que llevan al país hacia una nueva normalidad son «importantes», al igual que lo es la vuelta a la actividad de la economía, del turismo, la hostelería y de otras actividades clave.

AUTÓNOMOS, EN JULIO / «Creemos que la vuelta a la actividad es fundamental cumpliendo con las condiciones sanitarias, porque hay muchos socios que ya no aguantan más tiempo en su casa», añadió, tras apuntar que, si todo va bien espera, que el 1 de julio los autónomos estén dentro de esta normalidad.

Pese a ello, Amor afirmó que esta normalidad «no va a ser igual» y que tras esta crisis sanitaria va a venir también una económica y una laboral. De ahí que la «prudencia» primará por encima de las «prisas» en el esquema de desescalada del confinamiento anunciado por el presidente.

No obstante, el plan anunciado por el líder del Ejecutivo todavía no despeja una incógnita clave en el proceso de regreso a la «nueva normalidad». ¿Cómo será ese proceso de desescalada para los cuatro millones de trabajadores afectados actualmente por un ERTE en España, una vez superado el estado de alarma?

Por su parte, la gran patronal CEOE hará sus valoraciones en profundidad más adelante, aunque ve en la gradualidad del esquema del Gobierno la clave del proceso. «Va a ser más necesario que nunca adaptar los ERTE para flexibilizar esa vuelta a la actividad», consideraron fuentes de CEOE. Desde la patronal también reclaman extender en el tiempo las medidas de liquidez para acompañar a las empresas en ese regreso que no será como pasar de cero a 100 kilómetros por hora. Por su parte, desde las confederales de CCOO y UGT evitaron reaccionar en primera instancia a las líneas maestras del plan de desescalada anunciado.

Las centrales sindicales esperan conocer el detalle de la letra pequeña, al igual que organizaciones patronales y probablemente también por fases, que vaya publicando el Boletín Oficial del Estado (BOE) sobre las condiciones de esas cuatro fases de desconfinamiento establecidas.

El carácter escalonado es algo que desde CCOO se aplaude por «necesario» y «lógico», pues facilita la vigilancia por parte de las centrales de que el reingreso se realiza cumpliendo con los mínimos de seguridad. También porque en el proceso se ve tan importante los materiales, como la consciencia y el hábito de trabajadores y clientes para adaptarse a las precauciones exigidas por esa «nueva normalidad».

La organización de autónomos UPTA, vinculada a la UGT, aplaudió el anuncio del presidente del Gobierno central, aunque exigen al Ejecutivo también que ponga en marcha una campaña «urgente» para proveer de materiales de prevención necesarios para el pequeño comercio.