Pepu Hernández, el precandidato del PSOE al Ayuntamiento de Madrid apadrinado por Pedro Sánchez, no está teniendo un comienzo sencillo en su carrera electoral. El exentrenador de la selección española de baloncesto, designado por el presidente del Gobierno en un proceso llevado con sumo secreto, no ha sido bien recibido por amplios sectores del socialismo madrileño, que no entienden por qué el presidente del Gobierno se ha tomado tanto tiempo en mover ficha, ni tampoco comparten que haya optado por un independiente. Hernández, que aún debe someterse a primarias, se vio obligado a enfrentarse ayer a un nuevo mal trago: la publicación de supuestas maniobras de ingeniería fiscal, denunciadas en el pasado por Sánchez cuando era jefe de la oposición, a través de una sociedad limitada.

En octubre del 2006, Hernández creó la mercantil Saitama, nombre de la ciudad japonesa en la que el combinado nacional ganó el Mundial frente a Grecia, usándola para cobrar por derechos de imagen, publicaciones y charlas de motivación empresarial, según desveló El Confidencial. El movimiento le permitió tributar por estos ingresos al 25% del impuesto de sociedades, en lugar de al porcentaje, mucho más elevado, que le correspondería según el tipo máximo del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). También compró a través de esta sociedad un terreno rústico en Ribadesella (Asturias), donde veranea desde que era niño, según reconoció el equipo del precandidato.

Tanto el entorno de Hernández como la dirección del PSOE, que alienta su candidatura dejando de lado la (en teoría) obligada neutralidad ante unas primarias que no se han celebrado, se apresuraron a defender este comportamiento. No se trata, dijeron, de «ninguna irregularidad». Hasta donde se sabe, es cierto. El problema se encuentra en el listón colocado por Sánchez, que hizo dimitir a Màxim Huerta como titular de Cultura a las dos semanas de haber tomado posesión en un caso que presenta similitudes con este caso, aunque el exministro, a diferencia del entrenador de baloncesto, fue condenado por la Agencia Tributaria.

«¿Está Hernández en condiciones de ser candidato?», le preguntaron ayer al presidente en México, donde se encontraba de visita oficial. No contestó. Las explicaciones vinieron de Adriana Lastra, la vicesecretaria general, que subrayó que no había «ninguna irregularidad» en el comportamiento del aspirante. La consigna es cerrar filas con el precandidato e impulsarlo casi como si fuera ya el aspirante oficial, a pesar de que todavía no se ha sometido a elecciones primarias, en las que se enfrentará como mínimo, a Manuel de la Rocha, exalcalde de Fuenlabrada.