El Tribunal Supremo revisará mañana los recursos interpuestos por los líderes de la Gürtel, Francisco Correa y Pablo Crespo; el extesorero popular Luis Bárcenas; y el PP contra la sentencia dictada por la Audiencia Nacional en mayo de 2018 que les condenó por la primera época de actividades de la red corrupta, en la que la formación política fue considerada partícipe a título lucrativo.

Los magristados llevan semanas estudiando las más de 400 alegaciones -según apuntan fuentes del alto tribunal--, como la del PP, que pide su absolución porque en dicha sentencia se dio por acreditado la existencia de una caja B que aún está siendo investigada por la Audiencia Nacional, una afirmación que conllevó a la moción de cesura del expresidente del Gobierno Mariano Rajoy.

El tribunal integrado por el magistrado Juan Ramón Berdugo, presidente y ponente de la sentencia; Antonio del Moral, Andrés Palomo, Susana Polo y Eduardo de Porres, se sentarán, a puerta cerrada y en principio sin celebrar una vista, para deliberar sobre los escritos. Las fuentes consultadas apuntan que será poco probable que mañana se conozca el fallo dada la extensión de las alegaciones.

La Audiencia Nacional dictó sentencia el 17 de mayo de 2018 en la que afirmó que en el juicio quedó acreditado que entre 1999 y 2005 (primera época de Gürtel) se tejió entre el grupo de Correa y el PP una estructura de colaboración estable y consistente. Una red que consistió en la prestación de múltiples y continuos servicios relativos a viajes, organización de eventos, dentro de la normal actividad de dicho partido político en las comunidades de Madrid y Castilla y León, el ayuntamiento de la capital y de los municipios madrileños de Majadahonda y Pozuelo de Alarcón y en la localidad malagueña de Estepona.

De modo alternativo, los abogados del partido sugieren la repetición del juicio pero con diferentes magistrados, pues reprochan que el tribunal que juzgó la Gürtel no tenía «apariencia de parcialidad», ya que, según dicen, uno de los jueces, José Ricardo de Prada, ha «coadyuvado» para el cambio de Gobierno a favor del PSOE.

Añaden que la imparcialidad de este magistrado fue cuestionada con anterioridad por su «conocida amistad» con el exjuez Baltasar Garzón, primer instructor de la trama Gürtel, cuya actuación también fue puesta en duda por varios de los acusados. Argumento que también ha utilizado la defensa de Bárcenas.

La actuación en el juicio de otro de los magistrados como la de Julio de Diego por dormirse durante el juicio también ha servido a otras defensas para tratar de anular la condena de sus clientes.