La secretaria general del PSOE andaluz Susana Díaz rompió este jueves su silencio tras conocerse el fallo de los ERE fraudulentos pagados por la Junta de Andalucía que condenan a 19 exaltos cargos para hacer hincapié en que fue algo pasado y que ya pedimos perdón. Pero lo volveremos a hacer las veces que haga falta porque fue bochornoso, dijo, afirmando sentirse dolida de que el descontrol no fuera del PSOE pero se produjera bajo un mandato socialista. No obstante, ha marcado distancias recordando que aquello ocurrió cuando ella no estaba aún en el Ejecutivo regional ni al frente del PSOE-A, y los partidos no se heredan. Por eso, ha considerado una irracionalidad que se intente vincular con el caso tanto al líder federal Pedro Sánchez como a ella.

En una entrevista en 'Al Rojo Vivo' en La Sexta, Díaz justificó no haberse pronunciado hasta ahora en la necesidad de conocer a fondo la sentencia para hablar "con rigor", reprochando que desde el ejecutivo andaluz actual no se haya hecho y se haya respondido a la media hora y con argumentarios de dos semanas antes. Así, recordó que unos 7.000 trabajadores se beneficiaron de las prejubilaciones, gente honrada que siguen cobrando a día de hoy sin que se les reclame nada. Hay gente que se aprovechó. Y es lo que se ha perseguido y se sigue persiguiendo, añadió, reprochando que se les haya acusado de haber retirado la acusación de la Junta en la pieza política bajo su mandato. Una decisión que justificado en que los servicios jurídicos de la Junta aconsejaron personarse y reclamar la devolución en cada pieza separada y no en la central, a fin de tener más opciones.

A preguntas de los periodistas, ha reiterado en varias ocasiones que en ningún folio de los 1.821 que ocupa la sentencia se menciona al PSOE para hablar de financiación irregular, y que tampoco se habla de que los expresidentes Manuel Chaves o José Antonio Griñán se hayan enriquecido personalmente, aunque sin apelar expresamente a su honestidad u honorabilidad como hizo en anteriores ocasiones. ¿Es bochornoso? ¿Es lamentable? Por supuesto. Pero no admitiré lecciones del Partido Popular, dijo, para destacar a continuación que todos los condenados dejaron sus cargos y abandonaron la política antes de ser imputados y que los expresidentes dejaron la política. Asumieron su responsabilidad y dimitieron porque no querían que hiciese daño al PSOE de Andalucía, apostilló, ninguna persona de esa sentencia forma parte del Partido Socialista.

Díaz rechazó que la sentencia se haya retrasado para no perjudicar al PSOE en las elecciones, poniendo el acento en que llevamos diez años, y muchos procesos electorales, con los ERE encima de la mesa. Es más, recordó que durante la instrucción, hubo coincidencia entre hitos políticos y decisiones judiciales, apuntando a que la imputación de los expresidentes se produjo cuando el primer gobierno de la socialista tomaba posesión. Pero la gente sabe distinguir, ha insistido, en alusión de nuevo a que no se condena por financiación ilegal ni enriquecimiento personal de los encausados.

A FAVOR DEL ACUERDO CON PODEMOS

Así, a la pregunta de si la sentencia supone el fin de un ciclo para el PSOE andaluz, Díaz ha respondido rápida. El fin de ciclo ya fue, para resaltar que ya Griñán justificó su marcha en la necesidad de evitar el desgaste de los ERE y ante la necesidad de nuevos aires en el partido. Y ha presumido de que ella misma terminó de asumir la regeneración al apartar a muchos de esos dirigentes y altos cargos, algo que en su momento no se entendió, dijo.

No ha querido entrar en profundidad acerca de si esta sentencia podría afectar a su carrera política, lanzando balones fuera. Hay mucha gente que quiere perderme de vista, sobre todo los que no son capaces de ganar las elecciones, apuntó. En cualquier caso, insistió en que ahora Pedro Sánchez y yo remamos en la misma dirección, pese a haber vivido momentos difíciles, porque nos jugamos mucho más que nosotros mismos. Así, reconoció que tiene ganas y fuerza para someterse a la decisión de la militancia y continuar al frente del PSOE-A y como candidata a la Junta, y se mostró a favor del pacto del PSOE con Podemos para buscar la investidura dado que es la única opción de un gobierno frente a la derecha y la ultraderecha. Por eso, no ha dudado en solicitar la abstención patriótica del PP, al igual que el PSOE hizo en 2016.