La amenaza de nueva crisis económica global hace tiempo que sobrevuela, en un contexto mundial enrarecido por las batallas comerciales de Donald Trump y los efectos que pueda tener el brexit en Europa. Lo que no está tan claro es si la situación económica tendrá o no impacto en los comicios del 10-N, que se atisban más condicionados por la cuestión catalana y por el hartazgo que muestra la ciudadanía con la situación política en España.

El PP azuza el temor a una nueva crisis económica para superar al PSOE. Pero la encuesta del GESOP refleja dudas del efecto que puede tener la cuestión económica.

Un 50,4% de los entrevistados cree que tendrá bastante o mucha incidencia en su voto, mientras que un 45,9% apunta que esta será poca o ninguna. Los que votaron al Partido Popular, Ciudadanos o Vox son los que más peso le dan al factor económico a la hora de decidir su voto en las próximas generales del 10 de noviembre.

Más incidencia puede tener el nivel de hartazgo que se desprende con la política, que podría disparar la abstención, como ya ocurrió en la repetición electoral del 2016. Y es que una abrumadora mayoría de los sondeados se muestran muy críticos con la situación política en España. Casi un 80% la califica abiertamente de mala o muy mala.

Abstención en Cs

Por comunidades, Cataluña es la que refleja una visión más crítica con el contexto actual, ya que la cifra de descontento se encarama hasta el 85,4%. También es la autonomía que más censura la gestión del Gobierno central, superando en casi 10 puntos la media: si un 62,1% de los entrevistados suspenden al Ejecutivo de Pedro Sánchez, esa cifra se dispara hasta el 71,5% entre los catalanes.

Albert Rivera se abrió ayer a facilitar un Gobierno de Pedro Sánchez tras las elecciones si el PSOE vuelve a ganar los comicios. Algo que caminaría en la línea de lo que se desprende de la encuesta del GESOP, que arroja que los españoles consideran que el PP y Cs deberían de haberse abstenido para evitar la repetición electoral. Resulta especialmente significativo que, después de los votantes socialistas, los que más defienden esta abstención sean los que dieron su apoyo a Ciudadanos el pasado 28 de abril.

Más de la mitad de los encuestados creen que PP y Cs tendrían que haber hecho como hizo en su día el PSOE con Mariano Rajoy y haber desbloqueado la investidura de Sánchez, como este reclama que hagan los que no ganen el 10-N. Consideran que Rivera y Pablo Casado tendrían que haber decretado una abstención, algo que no se descarta que pueda ocurrir si la triple derecha no consigue sumar mayoría absoluta. Un 56% de los que eligieron la papeleta naranja hubieran preferido una abstención de Rivera antes que tener que volver a las urnas.

Clamor por el acuerdo

Dos de cada tres encuestados consideran que el PSOE y Unidas Podemos tendrían que haber llegado a un acuerdo, algo que expresa un 92% de los votantes morados y un 81,6% de los socialistas. Más división de opiniones hay ya a la hora de señalar de quién fue la culpa del enésimo desencuentro entre Pablo Iglesias y Sánchez.

Un 44,3% responsabiliza al PSOE, uno de cada cuatro a Unidas Podemos, y otro cuarto reparte las culpas por igual. Entre los que dieron su apoyo a Iglesias y sus confluencias, solo un 11,8% responsabiliza a esa formación del fracaso de las negociaciones, mientras que un 23,1% de los socialistas asumen que la falta de acuerdo hay que achacársela a Sánchez.