Niegan que su ocurrencia sea una chanza pero su salto a las calles fue una parodia permanente. Tabarnia, la plataforma cívica surgida en las redes sociales que pone nombre a la reivindicación de la secesión del territorio con mayoría constitucionalista del resto de comarcas donde domina el independentismo, rememoró a su manera los hitos y figuras del 'procés', con una marcha que reunió unas 15.000 personas, según la Guardia Urbana de Barcelona.

La primera movilización de tabarneses en las calles dio su pistoletazo de salida con una ofrenda floral a Rafael Casanova, escenificación que reproducen los partidos catalanistas y soberanistas cada 11 de septiembre para conmemorarlo por su defensa de las instituciones del autogobierno. La plataforma reprocha a los independentistas la lectura que hacen de su lucha y buscan reapropiarse de su figura.

Con este fin, un descendiente lejano de Casanova, llamado Eduardo de Delás, VII barón de Vilagayá, presidió los parlamentos y espetó que su pariente "no era un patriota catalán, sino un patriota español" que "defendió a Carles de Austria contra los Borbones". Para justificar sus palabras, señaló que "guarda discursos en los que dice que lucha para defender a toda España". El presidente de la plataforma, Miguel Martínez, encargado de leer el manifiesto, hurgó en que "el nacionalismo catalán ha querdo pervertirlo".

BOADELLA NO REGRESA DE SU "EXILIO"

El gran ausente de la marcha fue el "presidente de Tabarnia en el exilio", Albert Boadella, que fue "investido" por una delegación que viajó a Madrid en el mes de enero. Como promovieron en su momento las entidades soberanistas, los tabarneses lucieron caretas del dramaturgo para reivindicarle y gritaron a favor de que Carles Puigdemont entre en prisión.

Durante toda la manifestación se especuló sobre una posible aparición sorpresa de Boadella, ya que en un vídeo difundido por las redes sociales mostraba cómo esconderse en la "embajada móvil de Tabarnia en el exilio", un vehículo usado para marcar el recorrido de la convocatoria y animar a los concentrados, haciendo retronar los altavoces con 'Y viva España' de Manolo Escobar. "Boadella no está pero nos ha pedido que confiemos en él porque nos llevará hasta Ítaca", espetó el portavoz Jaume Vives para despejar cualquier duda. "Esta guerra, con alegría y la verdad por bandera, la ganaremos", enfatizó después, en alusión a la convulsión política que se vive en Cataluña.

MOVILIZACIÓN SIN POLÍTICOS AL FRENTE

Ni rastro de líderes políticos constitucionalistas con escaño en el Parlament. La pancarta que guiaba la marcha, bajo el lema "Se ha acabado la broma, ¡viva Tabarnia!", fue sostenida por algunas personas vinculadas a organizaciones que se sumaron a la convocatoria, como Vox, Espanya i Catalans o Respeto y Convivencia.

Se vieron desbordados a lo largo del camino hasta la plaza Sant Jaume, ruta que ha sido interrumpida a las puertas de la jefatura superior de policía de Via Laietana. Los agentes de la Policía Nacional que custodian el edificio fueron aclamados a gritos de "no estáis solos". Sonriendo, comentaron la jugada detrás de las vallas.

Como contrapartida, las pitadas fueron monumentales cuando los manifestantes señalaban alguna 'estelada' o banderola de la ANC o Òmnium.

MARICHALAR CUELGA LA BANDERA

Una vez en la plaza que alberga el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat de Cataluña, Álvaro de Marichalar, un incondicional en las marchas a favor de la unidad de España, colgó la bandera de Tabarnia en un balcón, aclamado por los concentrados.

Para poner el colofón a la marcha, el portavoz de Tabarnia bromeó con que habían conseguido congregar a "dos millones de personas", emulando las cifras que da el independentismo en las Diadas. Después, pidió a los asistentes que hicieran un corte de mangas a la hoja de ruta independentista y prosiguió: "Para purificar el ambiente que se respira en esta plaza escucharemos el himno de España. ¡Viva Tabarnia!", zanjó Vives, subido a la "embajada móvil", y animó a corear un 'lo-lo-lo' que algunos ya suplieron por la letra de Marta Sánchez.