El rodamiento de acero es el arma de los radicales que más preocupa en el contingente de refuerzos policiales enviado por el Gobierno a Cataluña. Y los mossos antidisturbios comparten esa preocupación, pues tres de sus agentes han resultado heridos de diversa consideración por el impacto de estas bolas de acero tras atravesar sus escudos, refieren fuentes de la policía catalana.

En comunicaciones por radio desde los furgones desplegados estas pasadas noches en Barcelona, Girona y Tarragona, y también en los partes de actuación que elevan jefes de grupo a la vuelta a sus bases, aparece de forma creciente la bola metálica, disparada con potentes tirachinas. Tan potentes que, en la Jefatura de Policía Nacional en la barcelonesa Via Laietana, una bola atravesó el jueves el doble cristal de protección de una ventana del primer piso.

Mossos de la Brigada Móvil y miembros de las Unidades de Intervención de la Policía Nacional reportan el uso por manifestantes embozados de bolas de acero acanaladas previamente con una radial, o con el surco puesto de fábrica.

«Se agarran mejor con la goma del tirachinas. Las lisas son más difíciles de sostener, y más disparando a la carrera», dice un jefe de grupo de los antidisturbios del Ministerio del Interior. La misma fuente afirma que, en ocasiones, algunos de los tiradores «se parapetan tras otros manifestantes para que no se les vea de frente».

CONTRA EDIFICIOS / A los miembros de los equipos conjuntos de antidisturbios les sorprendió en la noche del jueves la aparición, después de disolver a un grupo violento en la Via Laietana, de una bolsa repleta de estas bolas, «a modo de munición».

Fuentes de Interior confirman que «el tiro» de esas bolas tiene poder de penetración en las defensas de los policías. Su uso, frecuente en los disturbios de Asturias, Cantabria y el País Vasco por la reconversión industrial de los 80, no se reportaba hasta ahora en movilizaciones catalanas.

Más modernamente, el «tiro» con rodamiento es clásico de los antisistema en los disturbios franceses e italianos.

En Cataluña ahora se utiliza también para disparar a sedes judiciales, como ocurrió en la noche del viernes en los juzgados de Girona, objetivo señalado por los radicales tras el envío a prisión provisional de participantes en sabotajes.

INVESTIGACIÓN / El juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón investiga como terrorismo estos ataques. Un miembro de las Unidades de Intervención de la Policía Nacional hospitalizado fue herido tras atravesar su casco un rodamiento, según fuentes policiales. El balance de policías heridos asciende ya a 288.

Los grupos de UIP de la Policía Nacional (cada uno está formado por 50 agentes) están informando a sus coordinadores también del uso de pinchos de hierro con capacidad de horadar la chapa de los furgones.

Analistas de la Guardia Civil examinan también estos días la frecuencia con la que, en ataques coordinados entre grupos de manifestantes contra los antidisturbios, al menos uno de los radicales del grupo saca un cuchillo corto con el que intentar pinchar las ruedas de los furgones policiales.

Entre el resto del «arsenal» que describen los agentes, los consabidos cascotes, latas de refresco llenas de arena, botellas vacías, botellas con ácido o aguafuerte, todo tipo de barras metálicas y pedazos de mobiliario urbano, tuercas de gran tamaño, eslabones de cadenas de bicicleta y moto, bengalas, cohetes de pirotecnia y petardos trueno, habituales en las Fallas de Valencia y facilmente alcanzables para cualquier persona.

El fuego es el otro gran elemento de los disturbios en Barcelona. Han vuelto los cócteles Molotov, renovados con el uso de aceite, «para que no estallen en la mano», explica un mando intermedio barcelonés de los Bomberos de la Generalitat.

Las fuentes de Bomberos consultadas creen que en los incendios de contenedores se emplea una mezcla de gasolina y aceite mineral de automoción, o bien de parafina y queroseno de calefacción, y mechas pirotécnicas. Fuentes policiales coinciden en la primera receta.

Las mismas fuentes refieren un efecto colateral de la quema de neumáticos por los CDR (Comités de Defensa de la República) en las carreteras para cortar los accesos, que han generado grandes incendios: «Alcanzan altas temperaturas, y deteriora el alquitrán. El asfalto tendrá que ser reparado».