El 'president' de la Generalitat, Quim Torra, ha comunicado este miércoles a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, y a la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, que, como el pasado año, no acudirá a los actos dedicados a la Constitución de 1978 y ha prometido impulsar una constitución catalana.

En sendas cartas dirigidas a Batet y Cunillera, el 'president' declina "por razones estrictamente políticas y éticas" la invitación a participar en los actos con motivo del 41º aniversario de la Constitución, en Madrid y Barcelona. Argumenta que esta Carta Magna es un instrumento que "justifica la represión" y "no representa a una mayoría de los catalanes".

Según esgrime Torra en sus cartas, en nombre de la Constitución, "interpretada de la manera más restrictiva posible", "se persigue a las personas que tienen un proyecto político diferente a la unidad" de España. "Si en algún momento el proyecto de España fue resultado de una coincidencia de intereses o voluntades, este tiempo ya es pasado", añade. A su entender, "una inmensa mayoría de los catalanes quiere resolver un conflicto de legitimidades políticas de la manera más cívica y democrática que conocemos: votando en un referéndum de autodeterminación".

Dado que esta voluntad es "perseguida y duramente castigada", dice Torra, no acudirá tampoco este año a los actos del Día de la Constitución, ni al previsto para este miércoles en Barcelona, presidido por Cunillera, ni al que se celebrará en Madrid.

"GOLPE CONTRA LA DEMOCRACIA"

"No me es posible asistir a la celebración de un texto que no fue votado por la gran mayoría de los catalanes con derecho de voto hoy y que se ha convertido en una herramienta que justifica la represión y un golpe contra la democracia como el que se produjo en octubre del 2017 y que comportó la destitución del 'president' Carles Puigdemont y de su Govern, completamente democrático y legítimo, así como la disolución del Parlament que había escogido el pueblo de Cataluña", denuncia.

Dicho esto, Torra avanza en sus misivas su intención de impulsar una constitución catalana: "Y es por esto que estamos determinados a escribir una nueva, más moderna, más democrática y más justa. Una Constitución catalana que sea fiel a la voluntad de los catalanes en el marco de un proceso democrático y libre", señala.

Ni Puigdemont ni Artur Mas, sus predecesores en la presidencia de la Generalitat, acudieron al acto institucional con motivo del Día de la Constitución en Madrid y, de hecho, también el socialista José Montilla en su último año como 'president', en el 2010, renunció a ir a la celebración, después de que el Tribunal Constitucional recortara el Estatut aprobado en referéndum en el 2006.