La revelación de los Papeles de Panamá va mucho más allá de la ocultación de dinero, la evasión de impuestos y los paraísos fiscales. Detrás de todo este complejo tejido de estructuras opacas para esquivar las regulaciones financieras de los países hay una realidad mucho más cruel y tangible. Según apuntan las informaciones filtradas y analizadas por el rotativo alemán Süddeutsche Zeitung y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) este sistema abraza a mafias, criminales, señores de la guerra y todo tipo de negocios oscuros.

La laxa legislación panameña permite a ricos evitar las leyes de sus países y deslocalizar sus bienes para sacar un mayor rédito económico pero, a la vez, también sirve de tapadera para encubrir sigilosamente transacciones y movimientos ilegales. Aunque no lo pueda parecer, estos tejemanejes también llegan hasta la Guerra de Siria.

Diversas empresas de las que se encuentran en la lista de los Panamaleaks han sido acusadas de suministrar combustible a las fuerzas de la aviación siria. A pesar de que gobiernos como los Estados Unidos y el Reino Unido prohibieron la venta de este y otros productos el régimen de Bashar Al Asad consiguió hacerse con el control de esas provisiones, lo que le permitió bombardear e incluso masacrar con armas químicas a su propia población civil. Los grupos que apoyaron al autócrata alauÍ lo hicieron sirviéndose del sistema offshore que proporcionan firmas como la panameña Mossack Fonseca, centro de la investigación y del escándalo hecho público ayer.

NEGOCIO CON CRIMINALES

Mossack Fonseca ha reiterado que cumple con la legislación panameña y que opera para comprobar “la legitimidad de sus clientes” pero la realidad es otra. La revelación de los papeles apunta a que la firma habría trabajado con hasta 33 compañías y personas que están en la lista negra de los Estados Unidos por sus vínculos con el terrorismo o el narcotráfico.

Uno de los casos más sonados es el de Rafael Caro Quintero, líder del cártel mejicano de Guadalajara. Los documentos remarcan que el sanguinario traficante obtuvo un propiedad a través de una compañía operada por Mossack Fonseca. Tras 28 años en prisión Caro Quintero salió y desde entonces está en paradero desconocido.

Los Papeles de Panamá hablan de fraude y evasión de impuestos pero también de mafias, tráfico de armas y de mujeres, sobornos y narcotráfico. Desde grupos que prostituyen a menores huérfanas en Rusia a empresas petrolíferas en Uganda que quieren evitar pagar al Estado por la extracción de sus recursos naturales. El Süddeutsche Zeitung y ICIJ seguirán desgranando este turbio mundo en nuevas filtraciones.