Donald Trump ha anunciado su intención de visitar España durante la recepción que ofreció a los Reyes en la Casa Blanca. En unas breves declaraciones a la prensa, el presidente de Estados Unidos definió la relación bilateral como «sobresaliente» y se deshizo en elogios hacia su aliado español, uno de los pocos grandes países de la Unión Europea a los que no ha criticado. «La relación comercial es excelente y también la relación militar. En cualquier aspecto que se pueda pensar. Nos encanta España», dijo el dirigente republicano. También Felipe VI quiso resaltar la armonía que aparentemente reina con Estados Unidos, a pesar de la reciente imposición de aranceles a la industria pesada europea y las aceitunas negras españolas. «Hay un tema común básico, que es nuestro aprecio por la democracia», dijo el Monarca.

Ambos mandatarios, acompañados por sus esposas en el Despacho Oval, se dirigieron a la prensa durante menos de tres minutos en un escueto parlamento protocolario, que precedió a la reunión que más tarde mantuvieron en privado. Entre el griterío de los periodistas, ignoraron varias preguntas sobre Cataluña, pero Trump acabó contestando a una sobre si tiene planes para viajar a España, una invitación que ya le cursó Mariano Rajoy en su visita a la Casa Blanca del año pasado. «Sí, iré», dijo el líder estadounidense sin dar más detalles. «Estuvimos en España no hace demasiado y nos encanta. Un pueblo muy especial, un país precioso. Nuestra relación ha sido sobresaliente a lo largo de los años», dijo poco antes.

El monarca, que habló en inglés y con una voz tan tenue que costó entenderle, subrayó «la historia y la herencia común» entre los dos países. «Hemos compartido muchos años y queremos utilizarlo como una referencia para la excelente relación que mantenemos hoy», dijo Felipe VI tras reunirse horas antes con los presidentes del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. La escala en Washington cerrará un viaje de cinco días que comenzó en Nueva Orleans (Luisiana) y siguió en San Antonio (Texas), dos ciudades con pasado español donde han celebrado los tres siglos de su fundación.

TEMAS ESPINOSOS / La agenda del Rey, que viaja acompañado por el nuevo ministro de Exteriores, Josep Borrell, incluía algunos temas más espinosos, particularmente las políticas proteccionistas impuestas por la Administración estadounidense. «Les vamos a trasladar la preocupación que tenemos en la Unión Europea por unas políticas comerciales que pueden empujar al mundo a una dinámica de acción-reacción muy perjudicial», aseguró una fuente gubernamental unas horas antes de la reunión en el Despacho Oval. No se esperaba que el Rey abordase con Trump la letra pequeña de las disputas comerciales, pero sí que lo tratase en términos generales.

La reunión en la Casa Blanca fue el primer encuentro entre dos mandatarios que no se conocían personalmente y en la que debían tratarse otros elementos de la relación bilateral como la cooperación en Defensa, la lucha contra el yihadismo o la inmigración. En este sentido, la nueva política de acogida del Gobierno de Sánchez contrasta radicalmente con la de la Casa Blanca, criticada desde todos los flancos por detener a los inmigrantes indocumentados y separarlos de sus hijos en la frontera. Esta misma semana, Trump criticó duramente a Europa por «permitir la entrada de millones de inmigrantes» que, según dijo alineándose con las tesis extrema derecha xenófoba, «han cambiado significativamente y violentamente su cultura».

Antes de visitar la Casa Blanca, Felipe VI y Borrell se reunieron con el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, y con su homólogo al frente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno. Ya por la tarde cerrarán el viaje con una visita al Capitolio.