Los etarras Garikoitz Aspiazu Rubina, Txeroki, y Asier Arzalluz Goñi, Santi, negaron ayer haber estado en Vizcaya cuando miembros de ETA asesinaron a tiros al magistrado José María Lidón en 2001 en la localidad vizcaína de Getxo.

Los dos etarras, que están siendo juzgados en la Audiencia Nacional, únicamente han querido puntualizar este extremo a preguntas de su defensa tras rechazar responder a las de la Fiscalía, que pide para cada uno de ellos 30 años de cárcel por este atentado.

A continuación compareció como testigo la viuda de Lidón, María Luisa Galarraga, quien presenció el asesinato de su marido y que ya prestó testimonio en noviembre de 2005 cuando fue juzgado el etarra Orkatz Gallastegi por haber suministrado a ETA la información necesaria para acabar con la vida del magistrado, hechos por los que fue condenado a 26 años de cárcel.

En esta ocasión, Galarraga explicó que en 2016 identificó a Txeroki en una rueda de reconocimiento después de haberle visto en 2008 en la televisión y darse cuenta por su «mirada» de que era uno de los autores de la muerte de su esposo. «Estoy absolutamente segura de la identificación», aseguró.

Su hijo, Íñigo Lidón, también presente cuando se produjo el atentado, relató visiblemente emocionado el momento en que identificaron a Txeroki en televisión.

Tras las declaraciones, la Fiscalía de la Audiencia Nacional retiró la acusación para el etarra Asier Arzalluz por el asesinato del juez, pero la mantuvo de 30 años de cárcel para el exjefe de la banda terrorista Txeroki.

El fiscal explicará mañana las razones que le llevan a levantar la acusación para Arzalluz, pero tanto la viuda del juez, como el hijo de ambos, no pudieron identificar a Arzalluz como el otro etarra responsable del asesinato.