Mario Isea Bohórquez, de 64 años, es desde hace dos años y cuatro meses el embajador de Venezuela en España. Desde que ocupa el cargo le han llamado hasta cuatro veces a consultas en el Ministerio de Exteriores en Madrid. La última después de que el presidente Nicolás Maduro tildara de “basura corrupta” al presidente Mariano Rajoy.

¿No ha de ser un puesto cómodo el suyo?

Las relaciones han tenido altibajos y en este momento hay algunos desencuentros. Lo que pedimos es que se respete el carácter democrático de nuestro Gobierno, de nuestras instituciones y la no injerencia.

¿Pero qué ha hecho el presidente Rajoy para que el presidente Maduro le califique de “basura corrupta”?

El problema no es la forma, sino el fondo. Los mandatarios expresan a su modo el descontento por el tratamiento que reciben. En Venezuela tenemos un sistema profundamente democrático reconocido internacionalmente y queremos que eso se respete. Declarar permanentemente que en Venezuela no hay democracia, estimular y apoyar a opositores que ejercen la violencia como mecanismo para dirimir las diferencias no ayuda y supone una actitud agresiva.

El ministro de Exteriores español, José Manuel Margallo, ha dicho que el embajador español volverá a Caracas cuando Maduro dé muestras de “continencia verbal”…

Yo no voy a interpretar las declaraciones del canciller. El Gobierno español está en su derecho de llamar a su embajador e instruirle que regrese cuando lo crea conveniente. Lo que ha planteado permanentemente el presidente Maduro es que se deje de injerir en nuestros asuntos.

¿Venezuela dio dinero a la Fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales, germen del partido Podemos?

Este es un tema que ya está aclarado y superado por todo el mundo. Lo que se pretende es instrumentalizar a Venezuela en la problemática interna electoral o en la formación de gobierno. Nosotros pedimos que nos saquen de ese debate. Los españoles decidirán lo que quiere que sea España. Venezuela no financia a partidos políticos.

El Supremo venezolano ha tumbado la Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional votada por el Parlamento dominado por la oposición. ¿Puede haber reconciliación nacional mientras destacados dirigentes opositores permanecen en la cárcel?

En el 2007 el presidente Hugo Chávez promulgó una ley de amnistía. En esa oportunidad se amnistió a varios políticos que habían participado en el intento de golpe de estado contra Chávez en el 2002, entre ellos Leopoldo López (actualmente en la cárcel). La ley aprobada por la Asamblea Nacional es una aberración jurídica que ningún constitucionalista avalaría. No es una ley de amnistía, más bien se parece a una ley de auto-perdón y de impunidad. En Venezuela no hay presos políticos

Está la sociedad venezolana cada vez más polarizada…

El problema no es la polarización porque es normal que en los sistemas democráticos haya debates sobre modelos políticos, económicos y sociales. El problema es que se ejerza presión y se produzca la injerencia de poderes fácticos que promuevan salidas violentas.

La caída del precio del petróleo deja a Venezuela en una muy difícil situación económica, un escenario propicio para que se pueda producir un estallido social.

No es la primera vez que se produce una caída del precio del petróleo, ya hubo otra hace seis años y se superó. Hay una tendencia mundial a provocar la caída de las materias primas en general. Y esto está perjudicando a la economía de Venezuela, de Rusia, de México, de Colombia, de Ecuador, de muchos países del mundo. Sin duda en Venezuela hay problemas económicos y hay ciertos sectores que los promueven. Aspiramos a que no ocurra ningún estallido social y que los que quieran promoverlo dejen de hacerlo.

¿Preocupa a Venezuela el deshielo entre Cuba y Estados Unidos?

Durante mucho tiempo, Venezuela ha sido solidaria con Cuba. Hemos condenado el embargo, que todavía se mantiene porque no depende de Obama sino del Congreso. Nosotros somos optimistas porque somos un país con reservas naturales, con experiencia, con un gran capital humano joven.

En Argentina ha ganado la derecha con Mauricio Macri; Evo Morales ha perdido el último referendo; Dilma Rousseff está en la cuerda floja y el chavismo salió derrotado en las últimas legislativas. ¿Se está desmoronado el espíritu bolivariano?

El neoliberalismo aprovecha las situaciones difíciles para abrirse camino. El caso de Brasil es tétrico. (El impeachment) es un intento por arrebatar el control de la economía brasileña que es una de las cinco o seis más importantes del planeta. Se trata de una ofensiva global porque se han dado cuenta de que la población ha desarrollado la conciencia de no volver a ser el patio trasero de nadie. Nuestros procesos son imparables y el legado del bolivarismo permanece en la conciencia de los pueblos.