El excomisario José Villarejo aseguró ayer en el juicio contra el exnúmero dos de la Polícia Eugenio Pino sobre el pendrive con información del clan Pujol, que informó al exdirector del cuerpo Ignacio Cosidó que ese dispositivo podía proceder de la agencia de detectives Método 3, versión que desmintieron otros testigos en una jornada repleta de contradicciones y en la que también testificó Jordi Pujol Ferrusola.

Villarejo apoyó la versión que dio el martes Pino e incluso fue más allá al afirmar que supo que un inspector de Policía en excedencia y empleado de Método 3 que «llevaba dos años sin cobrar» «había hecho copia» de toda la información y así se lo trasladó «a los responsables, a Ignacio Cosidó y al DAO [Eugenio Pino]». Ese trabajador «se lo entregó a [Marcelino] Martín Blas», entonces jefe de Asuntos Internos, a quien apuntó Pino y con quien tiene una «enemistad manifiesta». Según Villarejo, Martín Blas dio el pendrive en su presencia a Pino.

Pero tras Villarejo compareció Martín Blas, que negó haber tenido vínculo alguno con el pendrive ni con dicho empleado de Método 3. Al igual que el exdirector de Método 3, Francisco Marco.