Las juntas de tratamiento de las cárceles de Lledoners (Barcelona), Puig de les Basses (Gerona) y de Mujeres de Barcelona propusieron ayer por unanimidad el tercer grado penitenciario (equivalente a la semilibertad) para los nueve líderes independentistas condenados por el Tribunal Supremo por el 1-O. Todos ellos disfrutan ahora de los beneficios del artículo 100.2 del reglamento penitenciario, que les permite salir de la prisión para trabajar o hacer voluntariado. El cambio, de ser avalado antes del 2 de septiembre por la Generalitat -lo que ocurre en el 95% de los casos-, supondrá que los políticos solo acudirán para dormir de lunes a jueves. Y podrán participar en persona y activamente en la campaña de las catalanas, previstas para otoño.

Los dirigentes independentistas encarcelados recibieron con satisfacción la propuesta, aunque reclamaron su libertad.